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jueves, 6 de enero de 2011

Albert Fish, el ogro de New york


Nacido bajo el nombre de Hamilton Fish el 19 de Mayo de 1870 en Washington D.C., Albert Fish es considerado uno de los asesinos seriales americanos más notables y estremecedores del siglo XX. A los 5 años muere su padre así que su madre lo interna en un orfanato mientras ella trabaja para mantenerse. Expuestos los niños a constantes maltratos y abusos, Fish considera que era de los únicos que anhelaba llegara la hora de los cuerazos. Desde ese momento era ya un pequeño masoquista. Hay que tomar en cuenta que desde dos generaciones anteriores, varios familiares (se dice que 7 de parentesco directo) padecían de sus facultades mentales en diversos grados al punto de que un par de ellos terminaron sus días en instituciones mentales.

Los reportes de su niñez describen a Fish como un niño problema que cada sábado se desaparecía. A los 15 años se gradúa de la escuela pública y se cambia de nombre cansado de las burlas de los compañeros que le llamaban 'Ham and Eggs' En 1898 se casa con una muchacha 9 años menor que el, de este matrimonio resultan 6 hijos. Increíblemente Albert Fish fue un buen padre para ellos. Sus hijos fueron testigos de innumerables actos extraños y bizarros por parte de su padre, pero éste jamás abusó o golpeó en mala manera a alguno de ellos. Al menos eso es lo que se sabe al día de hoy. La mujer de Fish lo abandona para irse con un sujeto de nombre John Straube y al parecer ella tampoco era de lo mas sano mentalmente hablando. Años después aún con su amante por un lado, pide a Fish que regresen. De nuevo desaparece la señora Fish para nunca volver a ser vista por sus familiares.

Albert Fish se dedica a pintar y a decorar interiores para ganarse la vida y viaja por 22 estados de la unión americana, lugares donde se empleaba temporalmente. Muchas veces era despedido cuando surgían 'problemas' con los niños del lugar. Fish estaba obsesionado con el dolor y hacer daño a los demás, especialmente los niños eran el objetivo de sus perversiones. Los afroamericanos eran su especialidad debido a que en primera, eran los de condición más humilde y segundo porque a las personas de origen negro no se les tomaba en consideración cuando se quejaban. Así que nadie haría gran cosa para investigar o castigar a Fish por sus ataques y crímenes. Este comportamiento es característico de los asesinos seriales que siempre atacan a individuos débiles y desfavorecidos, tales como prostitutas, ancianos o niños como es en esta historia.

Fish establece que su primer asesinato ocurre en 1910 en Wilmington Delaware cuando despacha a un hombre. Los hijos relatan que el cambio drástico en su personalidad se dio tras el primer abandono de su esposa. Como nunca se divorció legalmente, no contaron sus siguientes 3 matrimonios. Al parecer Fish padecía regularmente de alucinaciones y sus hijos lo vieron no pocas veces subir a una colina cercana a su casa, alzar el puño al cielo a la vez que gritaba 'Soy Cristo!...' otra de las bizarras conductas de Fish era pedir a sus propios niños y jóvenes vecinos que le dieran de palazos en el trasero con una tabla especialmente hecha con puntas filosas hasta que lo dejaran sangrando del trasero. Sus hijos recuerdan los extraños juegos que proponía su padre en los cuales invariablemente perdía y el castigo era que le dieran de palos en el trasero. De lo cual se colige que el dolor le causaba un placer. Fish era de los fanáticos religiosos obsesionados con la muerte, los castigos divinos y de la redención basada en el sufrimiento además recopilaba información sobre canibalismo, tema del cual cargaba los mas retorcidos artículos en si mismo a donde quiera que fuera.


Noticia sobre un niño asesinado
Según estimaciones policíacas, Fish pudo atacar una cifra cercana a las 100 víctimas. Y de acuerdo al mismo criminal, el cuenta aproximadamente 400 personas. Como hemos dicho, los niños siendo la principal atracción de su show de violencia. Que por mandato de Dios, el tenía por misión castrar a los niños, aunque ataca individuos de ambos sexos por doquier que trabaja. Varias veces fue arrestado por robo y diversos fraudes. Por la manía que tenía de escribir cartas obscenas a las mujeres que publicaban anuncios clasificados también fue procesado. En las instituciones mentales los médicos lo encontraron 'sexualmente perturbado' pero sano... según esto. Personalmente no entiendo que puede tener de sano en el caso de Fish introducirse trozos de algodón saturados de alcohol en el ano para luego prenderles fuego. Tampoco considero edificante clavarse alfileres y agujas en área del escroto o debajo de las uñas; alguna vez confesó a sus hijos 'Si tan solo el dolor no fuera tan doloroso!...' Los médicos a cargo de la evaluación psiquiátrica de Fish ni siquiera podían creer lo de los alfileres pero la radiografía de pelvis que se le tomó confirmó las torcidas declaraciones del psicópata.


Alfileres y clavos dentro del área pélvica de Albert Fish.
Todas y cada una de las fechorías de Fish fueron en si una tragedia. Pero ninguno de sus crímenes pudo entrar a la historia como el del asesinato de la niña Grace Budd ocurrido en el año de 1928. Caso que fue ampliamente documentado e investigado por la policía hasta atrapar al asesino.


Fotografía de la niña Grace Budd
Edward Budd era un joven de 18 años deseoso de progresar, trabajar y contribuir con los gastos de su casa. La vida junto a su padre, madre y otros 4 hermanos mas bien era triste y deseaba un empleo en el campo donde el aire fuera limpio y puro. Decide publicar un anuncio clasificado en el New York World el día 25 de Mayo de 1928. Al siguiente lunes, día 28 del mismo mes toca a la puerta un hombre de edad avanzada llamado Frank Howard, granjero de Farmingdale Long Island que desea tratar lo de un empleo con su hijo Edward. La señora Delia Budd manda buscar a su hijo con la menor, una niña de nombre Beatrice y mientras le da un buen vistazo al viejo visitante. El señor Howard explica que toda su vida se había dedicado a pintar y decorar interiores pero que usando sus ahorros había decidido comprar una granja. Había mantenido seis hijos fruto de su matrimonio pero tuvo que criarlos solo puesto que su esposa lo abandonó hacía una década. Su aspecto era de un hombre ya mayor, de pelo gris, bigote caído igualmente gris y de cara amable y pacifica. Mediante mucho esfuerzo ahora la granja mantenía cientos de gallinas y decenas de vacas lecheras. Pero como uno de sus ayudantes se iba a cambiar de residencia es que requería reclutar uno nuevo.

Cuando Edward llegó, el señor Howard no pudo dejar de expresar lo fuerte y crecido que era el muchacho. Justo el tipo de personal para el empleo que tenía disponible. La paga ofrecida es de 15 dólares la semana, obviamente el muchacho acepta feliz el ofrecimiento. Así la situación, el señor Howard queda en pasar el próximo sábado por Edward y su amigo Willie a quien también acepta dar trabajo. Llegado el día el viejo no llega a la cita acordada sin embargo envía una nota avisando que un compromiso lo ha demorado y promete pasar el día domingo. Los muchachos están emocionados ante la expectativa del nuevo empleo y los señores Budd satisfechos de que tan rápido haya dado resultado el anuncio en el periódico.


La familia Budd
A las 11 de la mañana del día siguiente apareció el señor Frank Howard en el domicilio de los Budd. Traía consigo fresas y queso fresco 'productos elaborados en su propia granja' la señora Budd corresponde los regalos invitando al señor Howard a que desayune con ellos. El señor Edward Budd Sr. tuvo así la oportunidad de observar al viejo y quedó con un buen sabor de boca ante la oportunidad que se presentaba a su hijo de poder trabajar en una granja con gente sana y emprendedora. A pesar de que el aspecto del señor Howard no era para impresionar en lo absoluto, la seguridad y amabilidad del mismo dejaron satisfecha cualquier duda al respecto. Una vez sentados a la mesa, entra por la puerta una niña de 10 años de edad, Grace Budd llega de la iglesia canturreando antes de saludar. De ojos color cafe grandes, cabello oscuro que contrastaban con su piel pálida y sus labios rosados impresiona a todos los hombres que la miran de cerca, no siendo la excepción el señor Frank Howard quien no puede apartar su mirada de la joven Budd. Luego le pide a la guapa niña que demuestre que tan buena es para contar y saca un fajo de billetes ante la atónita y sorprendida mirada de los Budd, quienes jamás habían visto tanto dinero junto 'Noventa y dos con cincuenta centavos...' contesta la niña y en premio le da 50 centavos para que compre dulces.

El señor Howard promete pasar mas tarde por los jóvenes a quienes les da un par de dólares 'para que se vayan al cine' puesto que antes debe atender un compromiso familiar. Su hermana había hecho una fiesta para una de sus hijas. Y justo ya para salir de la casa, con los dedos en la puerta al señor Howard se le ocurre invitar a la pequeña Grace para que lo acompañe a la fiesta de su sobrina. La señora Delia Budd pregunta que donde es la fiesta y este le responde que en la calle Columbus y la 137 y duda que deba dejar ir su niña a la tal fiesta, pero el señor Budd la convence dado que a la niña no le toca divertirse mucho, de ese modo la señora ayuda con su abrigo a la niña y la ve partir con el anciano hasta perderse de vista por la calle.


El detective William King perseveró hasta capturar a Fish
El señor Howard había prometido traer de regreso a la pequeña Grace antes de las 9 de la noche pero el tiempo paso en vano aquella tarde sin una sola noticia de la niña o del anciano. Pasaron una inaguantable noche sin dormir sufriendo por saber que estaba ocurriendo y trataban de consolarse creyendo que tal vez la fiesta se habría alargado y que la pequeña Grace estaría con la sobrina del señor Howard. Al día siguiente Edward es enviado a investigar a la dirección que había dicho el viejo, pero no encuentra el lugar y acto seguido da aviso a la policía. A continuación todo fueron malas noticias para la dolida familia Budd. De acuerdo a las primeras pesquisas no existía ni la dirección de la calle 107, ni tampoco un tal Frank Howard y mucho menos una granja de las características reportadas en Farmingdale Long Island, aquel viejo que había desaparecido con la hija de los Budd era un fraude. Fueron mostradas a la familia una serie de fotografías de conocidos abusadores, pederastras y criminales pero no hubo resultados favorables. El 7 de Junio se envían más de 1,000 volantes a las estaciones de policía donde se detalla el aspecto de secuestrada y secuestrador. Esta acción desata una fiebre de avistamientos de la niña Grace, muchos de los cuales resultan engaños pero a pesar de todo cada caso tuvo que ser revisado por los 20 detectives que se hacían cargo del caso. Pero hubo un par de evidencias sólidas. La policía pudo hallar la oficina de la 'Western Union' desde la cual el tal Frank Howard había enviado el recado del sábado e inclusive se recuperó la nota original escrita a mano. También se pudo encontrar el carrito donde se había comprado el queso fresco que Howard había regalado a la familia la mañana del domingo. Estos hallazgos fueron en el East Harlem, por lo que la zona adquirió el foco de las investigaciones policíacas.


Volante con la información del secuestro
De hecho para la policía de Nueva York la desaparición de menores no era un crimen desconocido. En 1927 se había reportado la desaparición de Billy Gaffney. El 11 de Febrero jugaba afuera de su casa con un niño de 3 años y cerca estaba otro muchachito de 12 años cuidando a una hermana menor, pero este tuvo que entrar a casa al escuchar el llanto de la bebe y minutos después al regresar notó la ausencia del par de chicos y le contó al papa del niño mas pequeño que también se llamaba Billy. Tras la consabida búsqueda hallaron al pequeño Billy en la azotea del edificio y la pregunta obligada fue '¿Dónde esta Billy Gaffney?...' a lo que el niño responde que el coco se lo llevó, literalmente 'The boogey man took him.' Al día siguiente inició la búsqueda por los alrededores pues se pensó que el niño pudo haber caminado y caído en el canal de aguas negras cercano o en algún agujero de construcción. Nadie tomo en cuenta la opinión del pequeño testigo y su sencilla descripción del secuestrador. Ante la futilidad de aquellos esfuerzos a alguien se le ocurre escuchar con atención a la descripción dada por el niñito quien relata que el 'boogey man' es un viejito de complexión delgada, con bigote y cabello grises. Sin embargo la policía no presta gran atención a esta interesante descripción que NO es conectada con un anterior crimen adjudicado al 'Grey Man'... el hombre gris en español.


Albert Fish, el Grey Man
En Julio de 1924 el niño de 8 años Francis McDonnell jugaba al frente de su casa en Staten Island, la madre estaba sentada el poyo de la casa cuando observó a un anciano en medio de la calle hablando consigo mismo, el anciano hizo un saludo con su sombrero y desapareció por la calle. Horas después aquel viejo sería visto de nuevo observando a Francis y los otros niños que jugaban a la pelota. Minutos más tarde este platicaba con Francis y juntos desaparecieron. Luego un vecino vio a un niño muy parecido a Francis caminando junto a un viejo pordiosero cerca de un área boscosa. La desaparición del niño no fue notada hasta la hora de la merienda, su padre un oficial de policía organizó la búsqueda y en efecto, fue hallado debajo de hojas y ramas en el bosque. El niño había sido brutalmente atacado y asfixiado de tal modo que las autoridades dudaron de que el viejo y frágil anciano haya tenido la fuerza de inflingir semejante daño a la víctima. Entonces se supuso la existencia de un cómplice. La cacería del asesino pronto se echo a andar pero sin grandes resultados a pesar de los esfuerzos y de la formidable cantidad de agentes involucrados en la misma. Los expertos en huellas dactilares de Manhattan fueron llamados a escena pero con nulos resultados. La testigo principal fue la madre de Francis quien nunca pudo olvidar el aspecto gris y decaído del Grey Man... el caso quedó en ese momento, en el absoluto misterio.

Habían pasado ya 6 años de la desaparición de la niña Grace Budd y el único que aún no se daba por vencido era el detective William F. King encargado del caso, pero justo cuando faltaban 4 semanas para que la oficina de personas desaparecidas cerrara oficialmente el caso ocurrió un hecho estremecedor y afortunado a la vez: Uno de esos días, la señora Delia Budd recibió una carta que gracias a que no sabía leer la salvó de una terrible impresión. Edward Budd es quien le da lectura a la misma e inmediatamente corre a entregarla a la policía. La carta decía mas o menos lo siguiente. Dada su bárbara naturaleza varias veces fue censurada:

Querida Sra. Budd

En 1894 un amigo mío se embarcó como ayudante de cubierta en el vapor Tacoma siendo el capitán John Davis. Navegaron de San Francisco a Hong Kong en la China. Al llegar allá el y otros dos marineros desembarcaron y se fueron a emborrachar. Al regresar a puerto, el barco se había ido. En ese tiempo China padecía una hambruna, cualquier tipo de carne costaba de 1 a 3 dólares la libra. Tanto era el sufrimiento de los pobres que los niños menores de 12 años eran vendidos como comida con el propósito de que los demás no murieran de hambre. Un niño o niña menor de 14 años no estaba seguro en las calles. Uno podía ir a una tienda y pedir carne, costillas o bisteces y al mostrador era traída alguna parte desnuda del cuerpo de un niño para que uno eligiera lo que mas deseara. El trasero de niño o niña que es la parte más deliciosa del cuerpo era vendida como un corte fino a un precio alto. John permaneció en aquella tierra por mucho tiempo al grado de tomarle gusto a la carne humana. A su regreso a Nueva York se robó dos niños de 7 y 11 años. Los llevó a su casa donde los desnudo y amarro en un closet. Quemó todo lo que traían puesto. Varias veces durante los días y las noches los apaleo y torturó con el objetivo de que la carne les quedara buena y tierna. El primero en matar fue el niño de 11 años, puesto que tenía el trasero más grande de los dos, es decir tenía la mayor cantidad de carne. Cada parte de su cuerpo fue guisada y comida excepto la cabeza, los huesos y las vísceras. Todo el fue hervido, frito y guisado. El niño pequeño fue el siguiente y pasó por el mismo proceso. Por ese tiempo yo vivía en la 409 y la 100 muy cerca, por la parte derecha. Tan seguido me decía lo buena que era la carne humana que me hice a la idea de que debía probarla también. El domingo 3 de Junio de 1928 toqué a su puerta en la 406 oeste y la calle 15. Llevaba queso y fresas, tomamos el almuerzo. Grace se sentó en mi regazo y me besó. Me propuse comerla. Bajo el engaño de llevarla a una fiesta le pedí le diera permiso a lo que usted accedió. La conduje a una casa vacía que había elegido con anterioridad en Westchester. Cuando llegamos, le pedí que permaneciera afuera. Mientras ella recogía flores subí las escaleras y me quite todas mis ropas. Sabía que si no lo hacía de ese modo, podría mancharlas de sangre. Cuando todo estuvo listo fui a la ventana y la llamé. Me escondí en el closet hasta que estuvo en el cuarto. Al verme desnudo comenzó a llorar y trató de escapar por las escaleras. La sujeté y ella dijo que le diría su mama. Primero la desnudé ¡cómo pataleó, araño y me mordió! pero la asfixie hasta matarla. Luego la corté en pequeños pedazos para poder llevar la carne a mi lugar. Guise su rico y delicioso trasero. Me tardé 9 días en consumir todo su cuerpo. De haber querido hubiera tenido sexo con ella, pero no quise. Murió siendo virgen.

Nadie podía creer que la carta fuera realidad, sino que era obra de algún sádico que deseaba molestar a los señores Budd, sin embargo el detective King se dio cuenta que algunos detalles de la carta coincidían con los del secuestro de la pequeña Grace Budd además de que la letra coincidía con la del recado recuperado hacía 6 años atrás. El sobre de la carta aportó una pequeña pero crucial pista. Tenía impreso un pequeño símbolo hexagonal y siglas de una asociación de beneficencia. Se hizo una reunión urgente con los miembros a la vez que todos hicieron la prueba de escritura para ver si en algún caso coincidía con la de 'Frank Howard' El detective King pidió en la junta que por favor alguien dijera si había tomado la papelería de la sociedad y la había llevado a algún lado. Fue entonces que un joven empleado de limpieza aceptó haber tomado algunas hojas y sobres, pero que los había abandonado en su antigua pensión de la calle 200 este y la 52. La casera del lugar quedó sorprendida al escuchar la descripción sobre 'Frank Howard' que coincidía con la de un hombre viejo que había vivido en ese lugar por dos meses y que tenía dos días de haber salido del lugar. El inquilino se hacía llamar Albert H. Fish y le había pedido a la señora casera que le guardara una carta que esperaba de su hijo quien trabajaba en el cuerpo de conservación de Carolina del Norte. El hijo regularmente mandaba dinero de esta manera a su viejo padre. Luego la oficina postal informó a King que había interceptado una carta para Fish, pero como este no había contactado a la casera temió que algo hubiera asustado al viejo y lo haría huir. El 13 de Diciembre de 1934 la casera llama al detective King, Albert Fish esta en la pensión esperando por su carta. El viejo tomaba una taza de te sentado cuando el detective King apareció tras la puerta y movió afirmativamente la cabeza cuando preguntaron por su nombre a la vez que se ponía de pie. Inmediatamente alcanzó un pequeño cuchillo de su chaqueta y lo interpuso entre el y el policía. Esta maniobra enfureció a King quien rápidamente lo tomo y torció de la mano exclamando triunfalmente 'Ya te tengo!...'


El detective King deteniendo a Albert Fish
Las confesiones de Albert Fish fueron escuchadas por numerosos oficiales y psiquiatras, siendo la mayor parte una inenarrable serie de depravaciones que nadie hubiera creído a no ser porque los detalles fueron corroborados uno tras otro. Y resultaba mas increíble aún considerando el aspecto débil y decrépito del psicópata que la policía tenía ahora bajo custodia.

El detective King fue quien tomo la declaración inicial de Albert Fish, quien dijo que en el verano de 1928 la sed de matar lo había dominado y que inicialmente era el joven Edward Budd a quién tenía planeado asesinar cuando leyó el anuncio en los clasificados. El plan era conducirlo a un lugar alejado mediante engaños, someterlo y cortarle el pene para dejarlo morir sangrando. Después de visitar la casa de los Budd la primera vez, fue a comprar sus 'instrumentos del infierno': cuchillos de carnicero y una sierra. Los envolvió en un paquete y los dejó encargados en un puesto de periódicos. A pesar de que Edward Budd era ya un joven fuerte y de buen tamaño se hizo a la idea de que podría someterlo a él y a su amigo Willie. Los detectives entendieron que Fish sabría como hacerlo a final de cuentas.

Pero nada mas fue ver a Grace Budd que inmediatamente cambió de planes: era a ella a quien desesperadamente deseaba matar. Una vez armado el engaño de la fiesta fue con Grace al puesto de periódicos por su paquete, luego tomaron un tren en el Bronx hacia el poblado de Westchester. Para la niña compró boleto sin regreso. En la estación de Worthtington, el viejo estaba tan absorto en su torcido plan que olvidó el paquete en el tren. Irónicamente la niña Budd le hizo notar el olvido. El viaje había durado ya 40 minutos, pero como la niña apenas había salido de su ciudad un par de veces, la experiencia la tenía contenta y felizmente entretenida.


Wisteria Cottage
El destino del viaje era una construcción semiabandonada llamada Wisteria Cottage, lugar en medio de un área boscosa al cual llegaron después de andar por un camino muy solitario. Llegados al sitio, la niña se quedó en el patio entretenida recogiendo flores silvestres. Fish sube al segundo piso, desempaca las herramientas y se desviste. Acto seguido llama a la niña a que suba al cuarto. La pobre niña sube aún con un ramo de flores en la mano y al ver al viejo desnudo grita y trata de escapar por las escaleras pero es atrapada en el acto. Fish la toma por el cuello y la asfixia hasta matarla. El hecho de estrangularla le provee de enorme excitación sexual. Coloca la cabeza de la niña en una lata de pintura y procede a decapitarla procurando vaciar toda la sangre derramada en la vieja lata, la cual después avienta al patio de la propiedad. Desviste al cadáver ya decapitado y lo corta a la mitad. Ese día llevó consigo algunas partes del cuerpo las cuales envolvió cuidadosamente en papel periódico. Días después regresó al sitio para llevarse mas partes. Lo que sobró lo tiró por la pared trasera de la edificación. Las herramientas fueron desechadas del mismo modo. Ante la pregunta del detective King del por que había cometido un acto tan terrible contestó: 'Usted sabe, jamás podría explicarlo...' El capitán John Stein quiso saber por qué había escrito la cara a la señora Budd a lo que respondió que tenía una manía por escribir cartas.


Búsqueda de los restos de Grace Budd
Ese mismo día la policía recuperó los restos de la niña Budd ante la mirada impasiva de Fish que fue llevado por igual, a la escena del crimen. Por la noche el asistente del fiscal, Francis Marro quiso conocer la razón del crimen de Grace Budd a lo que Fish afirmó que todo era causa de su 'sed de sangre' que lo dominaba al punto de cometer los crímenes que se le imputaban. Una vez que la había matado lo embargó una gran tristeza y al punto deseaba poder dar su propia vida para dársela a la niña, pero el asunto ya estaba hecho. Se le preguntó si había violado a la víctima ante lo cual su reacción fue de total firmeza 'Jamás entró en mi cabeza!...' En ese momento nadie quiso preguntar sobre los detalles de canibalismo que Fish había escrito en la carta. Tal vez nadie quería creer que era capaz de hacerlo, pero también se vislumbraba una estrategia para reservar esos oscuros detalles e impedir que Fish fuera declarado loco o incapaz de sostener el juicio penal.


Recuperación de los restos de Grace Budd
El mismo día de la captura la información se filtró a la prensa quienes inmediatamente fueron al departamento de los Budd para cubrir la noticia. Edward Budd y los padres fueron llevados a la comisaría para identificar a Albert Fish. Fue increíble la falta absoluta de emoción o remordimiento que mostró el viejo al ser increpado por los mortificados padres que con lágrimas en los ojos le reprochaban haberse llevado a su pequeña hija.

Para sorpresa de algunos el historial criminal de Fish no era escaso y había sido fichado por vez primera en 1903 cuando se le encarceló por robo agravado. Desde entonces a la fecha seis veces había sido puesto en custodia pero salía libre ante la falta de pruebas contundentes. Había estado de hecho en instituciones mentales dos veces.


Fichaje de Albert Fish en 1903
Comenzó el proceso de culpar a Fish por asesinato y secuestro. Cada entidad donde había sido cometido cada uno de los crímenes tenía que armar el caso cuidadosamente. Es en este momento que la policía recibe el testimonio de un chofer de trolebús que reconoce en Fish al hombre que una vez transportó y que venía con un pequeño niño a quien con muchos trabajos mantenía a su lado. El pequeño lloraba por su madre e iba sin abrigo. Aquel niño resultaría ser Billy Gaffney. Cuando finalmente Fish confiesa el asesinato del niño, el mundo tiene que enterarse de la horripilante suerte de Billy Gaffney. Según sus propias palabras al niño lo condujo a un lugar solitario por la Av. Rikers, a una casa solitaria no lejos del lugar del secuestro. Dentro de la casa, lo maniató firmemente quemó sus ropas y tiró a la basura sus zapatos. Con un trapo sucio tomado de ahí mismo amordazo al infante. Al día siguiente regresó armado de sus 'herramientas'. La tortura comenzó con una serie de azotes por la espalda y trasero hasta que la sangre escurrió por las piernas del niño, le cortó nariz, orejas y abrió sus cachetes de oreja a oreja, para cuando le sacó los ojos, el niño ya había fenecido. Con un cuchillo perforó el abdomen del niño procurando beber la sangre que manaba de la herida. En una bolsa que llevaba colocó nariz, orejas y algunas rebanadas del vientre del niño que envolvió y transportó con papel. La cabeza, brazos y piernas las colocó en sacos cargados de piedras los cuales arrojó a un canal de aguas negras cercano. Con lujo de detalles Fish confesó a las autoridades como había guisado las orejas y la nariz, horneado el trasero y de como y que verduras había empleado en el proceso. Tal parecía un ama de casa platicando como si nada, los pasos para preparar un exquisito estofado.


Delia y Albert Budd Jr. durante el juicio
Ya en custodia y conociendo la calidad de criminal que era, Fish era reconocido por los testigos de las fechorías que había cometido. Un hombre de Staten Island lo identificó como el sujeto que había tratado de engatusar a una hija suya hacia un área boscosa donde 3 días después apareció el cuerpo de Francis O'Donnell en 1924. La muchacha entonces de 8 años y ahora finalizando la adolescencia identificó a Fish como el 'Grey Man'. A Fish también se le asoció al crimen de una muchacha llamada Mary O'Connor ocurrido en 1932. El cuerpo mutilado de la mujer había aparecido muy cerca de una casa que Fish había pintado. Con todas esas acusaciones y tan graves cada una, la única oportunidad de Fish para salvarse de la pena capital era ser declarado desquiciado mental, tarea de los psiquiatras forenses que analizarían el caso.


Albert Fish y su abogado James Dempsey
El doctor Fredric Wertham estableció que la perversidad mostrada por Albert Fish no tenía siquiera paralelo alguno en los anales de la siquiatría. El sadomasoquismo contra los niños, especialmente los varones era parte fundamental de su desequilibrio sexual. Inclusive Fish comentó al Dr. que siempre había tenido gran deseo de hacer daño y de recibirlo también. Parecía disfrutar de todo lo que fuera doloroso. Cualquier cantidad de deplorables actos con sus órganos excretores eran la norma del señor Fish, quien gustaba de colocarse trozos de algodón saturados de alcohol para luego prenderles fuego. Actividad que también inflingía regularmente a sus víctimas infantiles. Luego Fish confesaría que había tenido alrededor de 100 víctimas a lo largo de su vida. Por lo general mediante engaños con dinero y/o dulces abducía niños afroamericanos a quienes la policía no prestaría gran atención por su desaparición. Jamás regresaba a trabajar al mismo vecindario por la misma razón. Fue así que pasó hasta por 22 estados de la unión americana. Muchas veces perdió su empleo de pintor al ser sospechosamente ligado a los incidentes de los niños. Era muy dado a escribir cartas obscenas, cartas que no tenían por objetivo molestar sino buscar con quien practicar sus fantasías sadomasoquistas.


Albert Fish durante el juicio
Eran tantas cosas increíbles las narradas por Fish que el doctor Wertham no podía creerlas juntas, especialmente lo de las agujas. Fish solía encajarse alfileres y diversas puntas en el área comprendida entre el escroto y el ano de tal modo que algunas ya no pudo sacarlas de nuevo. Al tomar la radiografía correspondiente se pudo corroborar esta información. Esta otra horrible manía de Fish era practicada contra sus victimas. Se supo que a la edad de 55 años comenzó a sufrir de alucinaciones sobre Cristo y sus Angeles. Así fue creando algunas ideas que mezclaban sus concepciones torcidas con algunos preceptos bíblicos y repetía constantemente sus propias sentencias. Llegó a creer que Dios mismo le había puesto por misión torturar y castrar niños pequeños. Mandamiento que había efectuado no pocas veces el señor Fish. Según la opinión de Wertham, Fish rebasaba toda concepción y fronteras entre la cordura y la locura. De que padecía de psicosis religiosa no había mas dudas, inclusive sus hijos lo habían visto flagelarse hasta sangrar y Fish decía que si fuera algo malo ya hubiera llegado un ángel a detenerlo como en el pasaje bíblico donde un ángel detiene a Abraham cuando iba a sacrificar a su propio hijo. Y así esa era una de las excusas que tenía mentalizadas cuando se cebaba con sus víctimas. El doctor concluyó que Albert Fish estaba legalmente desquiciado. La personalidad de Fish era introvertida e infantilista y sus conceptos sobre el bien y el mal estaban gravemente distorsionados por las alucinaciones y el severo cuadro de psicosis paranoide, que le era imposible distinguir claramente entre lo correcto y lo contrario.

La batalla legal se centró en determinar si Albert Fish estaba sano y competente o lo contrario, totalmente loco. El doctor Wertham estaba convencido de su locura, pero otros cuatro doctores especialmente de los centros psiquiátricos que anteriormente lo habían declarado 'sano e inofensivo' opinaban lo contrario. La defensa adoptó la primera postura. Mientras tanto Fish se mostraba apático de su situación, ya no le importaba la vida ni la muerte, aunque en algún punto del juicio llegó a comentar a su abogado que deseaba seguir viviendo 'porque Dios todavía le tenía mas misiones que cumplir...' El juicio comenzó el 11 de Marzo de 1935 en Nueva York, siendo el fiscal de distrito Elbert F. Gallagher y el abogado defensor James Dempsey que basó su ataque en demostrar la incompetencia de los doctores que habían determinado años atrás que Fish no constituía un peligro y también demostrar que Fish padecía de una intoxicación por plomo típica de los pintores de brocha gorda. En cambio la estrategia de Gallagher se basó en demostrar como Fish había estado perfectamente consciente de sus actos, de como había premeditado cada uno de sus movimientos y de la plenitud de su memoria y orientación a pesar de su avanzada edad. En un momento dado se argumentó que alguien capaz de comerse a un niño no podía estar cuerdo. La familia Budd testificó y hasta se llevaron en una caja los restos de la niña Grace Budd. El dramático juicio duró 10 días, resultando Fish sentenciado a la pena capital en la silla eléctrica. Se dice que el indiciado no estuvo de acuerdo con el veredicto pero el hecho de ir a la silla le resultaba hasta cierto punto atractivo. Incluso un reportero del Daily News escribió: 'sus ojos llorosos destellaron ante la idea de ser sometido a un calor mucho mas intenso comparado con el que usualmente se quemaba para satisfacer su lujuria...' El 16 de Enero de 1936 Albert H. Fish fue ejecutado en el penal de Sing Sing, lugar donde también yacen sus restos

lunes, 12 de octubre de 2009

Stanley, el hotel maldito de Colorado



En varias oportunidades hemos hecho mención de hoteles que albergan huéspedes humanos y a otros seres incorpóreos. Esto se debe a que muchos de los sitios son en extremo antiguos y en su interior se produjeron muertes extrañas como violentas. Se estima que las almas de las personas que exhalaron su último aliento en estos sitios vagan sin rumbo vivenciando una y otra vez su vida anterior y el final de sus días.

Tal es el caso del fabuloso parador de Cardona y del hotel que hoy nos compete, el Stanley. La construcción de este prestigioso y antiguo edificio data del año 1909 y se encuentra emplazado sobre las montañas rocosas del estado de Colorado, Estados Unidos y es el atractivo elegido por miles de turistas, no por sus lujos sino por los misterios que oculta tras sus densos muros.

En el país es conocido como el “Hotel Maldito” y según afirman los testigos la habitación 418 es el foco de la mayor cantidad de fenómenos paranormales. La misma se encuentra cerrada y no se permite el acceso al público, sólo ciertos investigadores han podido ingresar con el fin de estudiar de cerca estos acontecimientos extraños.


Fuera de este sector, muchos huéspedes afirman haber sido testigos de numerosas apariciones fantasmales que les dieron un buen susto. El escritor de terror y ciencia ficción Stephen King visitó este hotel y a causa de lo que pudo vivir fue que creó su obra maestra “El Resplandor”.

Los fenómenos paranormales más recurrentes el Hotel Stanley van desde sonidos de voces, movimientos de cosas sin causa aparente hasta apariciones. Pero veamos más en detalle cada una de ellas:

Muchos turistas afirman el haber oído voces de infantes que parecían estar riendo y jugando también el haber presenciado la imagen de un pequeño que corre y desaparece en el aire.

Otros comentan que dentro de los cuartos las cosas se mueven “solas” o las encuentran de repente cambiadas de lugar; también sucede que los grifos se abren y el agua sale a borbotones con una presión poco usual.

Todos están convencidísimos que en la habitación 418 se hospeda un fantasma y, mientras la misma estuvo abierta al público, todo el que intentaba pasar unas horas allí dentro era presa de la furia de este espectro que no aceptaba la presencia de extraños en sus aposentos. Por esta razón las autoridades del hotel optaron por clausurar el cuarto y no alquilarlo a nadie más.

Luces extrañas que recorren los ambientes a gran velocidad, el sonido de un viejo piano que nadie toca y las muertes extrañas que acontecieron dentro del hotel vienen a completar esta seguidilla de hechos extraños y espeluznantes.

Como se imaginarán es uno de los hoteles más visitados en todo el estado. Por ello es que sus administradores, aprovechando el atractivo de sus misterios, organizan tours fantasmales de hora y media de duración durante los cuales cuentan la historia del lugar, sucesos extraños, teorías, etc.

jueves, 17 de septiembre de 2009

El asesinato de Robert Kennedy y de nuevo las sospechas de complot


Hay tres asesinatos en Estados Unidos que constituyen todo un misterio al que muchos les gustaría encontrar respuesta: el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, el de Martin Luther King, y el de Robert Kennedy. En los tres casos las resoluciones que se adoptaron en poco concuerdan con las muchas pruebas que en cada uno se encontraron; balas mágicas que no se saben de dónde han sido disparados; posbiles sospechosos que fueron vistos en los lugares de los crimenes pero que nunca se han encontrado; implicaciones políticas, complots…

El senador Robert Kennedy había sucedido a su hermano como gran candidato para el pueblo estaodunidense a la presidencia de EE.UU. Su caracter firme, su inteligencia, su constancia, la consecuencia con sus ideas le habían dado ese grado de apoyo y confianza que el pueblo norteamericano había depositado pocos años atrás en su hermano John F. Kennedy. Y así, el que fuera mano derecha de JFK poco a poco convertiría su carrera política en un ascenso meteórico hacia el sillón presidencial.

Un viernes, 5 de Junio del año 1968, Robert Kennedy se encontraba en el hotel Ambassador de Los Angeles buscando apoyos para su campaña presidencial. De ese modo agradecía la confianza a todos aquéllos que le habían votado en las primarias de California, en las que había arrasado poco tiempo atrá. Quedaban apenas 5 meses para saber quien sería el próximo presidente de los Estados Unidos, y él era el gran candidato para ganar.

Al acabar la reunión, la gran cantidad de público que lo esperaba a la salida hizo que decidieran sacarlo por otro lado, por lo que se dirigieron a las cocinas del hotel. Fue allí donde encontró la muerte. Tres disparos a quemarropa del palestino Sirhan Bishara Sirhan acabaron con su vida después de una larga agonía de 24 horas. Nunca se sabrá como consiguió entrar en las cocinas el asesino, ni como supop de aquel repentino cambio de planes, pero las sospechas se dispararon en todas direcciones.


Robert Kennedy sufrió tres impactos de bala: en la cabeza, en la axila y en la base del cuello, pero en total se realizaron diez disparos. De hecho, aparte de Robert, hubo cinco heridos más, uno de ellos con dos tiros. En total, diez balas, y, sin embargo, la pistola de Sirhan sólo tenía un cargador de ocho balas. Eso hizo presuponer que, supuestamente, había dos armas, y por tanto, dos asesinos. Pero aquella línea de investigación no se continuó. Hubo paneles de la cocina en las que se incrustaron las balas, y cristales rotos que se perdieron como pruebas.

El propio Sirhan, cuando fue interrogado por un psicólogo, no recordaba nada de lo ocurrido, y sólo acertaba a escribir: “Matar a Kennedy, matar a Kennedy…”, varias veces, como si fuera una reacción autómata. Los amantes de las teorías conspirativas empezaron a indicar que Sirhan estaba “programado”, teoría que aún se reforzó cuando se supo que dos años atrás Sirhan había tenido un accidente por el que fue internado en un hospital, y que cuando salió de él, todos sus conocidos decían que estaba totalmente cambiado… Y las sospechas, como ocurriera con su hermano John Fitzgerald, volvieron a apuntar hacia la CIA.

De nuevo, los presentes hablaron de otros dos personajes desconocidos que estaban en la escena del crimen, de un hombre rubio y de una mujer con un vestido de lunares. Varios testigos coincidieron en ese punto, pero tampoco se encontraron a estos dos sospechosos.

Una cuarta bala se quedó en el abrigo de Robert sin llegar a impactarle, pero era imposible que un tiro directo no le atravesara. Por otro lado, el disparo de la cabeza se demostró que había sido hecho a quemarropa, a escasa distancia, y sin embargo, Sirhan, se encontraba a más de un metro en el momento de disparar…

Muchas pruebas contradictorias; otras muchas perdidas; muchas líneas de investigación abandonadas; muchos errores en el seguimiento del asesinato… y muchos intereses particulares y poíticos, pues como su hermano, Robert seguía en la lucha contra la mafia, en su enfrentamiento a los soviéticos y a Cuba… los mismos motivos que parecieron tener para sospechar que la muerte de JFK fue un complot, se volvían a dar con Robert.

Pero como ocurrió con Lee Harvey Osvald, en este caso, tan sólo Sirhan Sirhan fue acusado del magnicidio. Hoy día, cumple cadena perpetua, pero aún así, él sigue declarándose inocente del crimen…

martes, 8 de septiembre de 2009

La Casa del Pino, leyenda argentina


En Argentina, en la vieja Mendoza achaparrada, provincia ubicada en el centro oeste de Argentina, nació la leyenda de “La casa del Pino”. La Cañada era un lugar al que, mansa y habitualmente, iban a descansar los laguneros venidos de las lagunas de Huanacache, luego del largo transitar trayendo hacia la ciudad los productos de la tierra y el agua que ellos vendían a las familias asentadas en el incipiente caserío.

Los cantos, dichos y contares eran el marco propicio para el descanso luego de la larga jornada y como preludio para que, al día siguiente, comenzara el sempiterno regateo por las frutas, verduras, cestos de totora y los preciados peces que eran traídos desde las lagunas. Un pino enhiesto servía de natural refugio a los indios huarpes que llegaban desde la tierra de Lavalle, uh distrito colindante.

Hasta a estas tierras llegó la cacería de brujas que se había iniciado con tantas aguas de distancia. Un buen día, una mujer venida hasta esas tierras desde Castilla fue sentenciada a morir colgada de aquel pino por cuanto fue acusada de diabla y bruja. Aún cuentan lo pobladores, que han mantenido la memoria colectiva por medio de sus narraciones orales dictadas por los viejos de las tribus y transmitidas de generación en generación, que al momento de ser ahorcada, Brunegilda – ese era su nombre – profirió extraños, horrendos y guturales gritos que no sonaban humanos, y juró vengarse aún después de muerta. Así murió, ahogada por el cáñamo mortal de la justicia, pero volvió con más fuerza en sus brujerías.


En las noches oscuras, vestida de intenso blanco se aparecía a quienes transitaban el lugar y los hechizaba con sus conjuros misteriosos y secretos. Enamoraba a los hombres y hacía que se ahogaran en el remanso de las aguas sin que nadie pudiera explicárselo. Sin embargo, rehuía de aparecerse a las mujeres de las tribus que pasaban por aquellas tierras de noche, quizá, por aquella que dicen que toda mujer posee una poderosa hechicera en su interior.

Mientras, con el correr de los años, el verde ramaje del pino fue mostrando poco a poco, entre sus ensombrecidas ramas, la silueta de una hermosa mujer, vestida de blanco. Es la “bruja diosa”, como la llaman los lugareños, y a ella se le ofrendaban las más diversas promesas en agradecimiento por favores recibidos.

Mientras tanto, la casa del pino – así se llamaba a la vivienda que estaba en las cercanías – sigue siendo motivo de misterios, de duendes, de fantasmales figuras que recuerdan a aquella bruja castellana que se atrevió a desafiar la autoridad de entonces.

viernes, 17 de julio de 2009

La extraña desaparición de Agatha Christie


El nombre real de una de las escritoras más famosas de la historia de la literatura fue el de May Clarissa Miller. Agatha Christie, como se la conoce en la actualidad, fue la autora de más de 80 grandes novelas policíacas. En 1914 se casó con el coronel Archibald Christie, y en 1926, después de doce años de un turbulento matrimonio, comenzaron a ocurrir hechos misteriosos.

Agatha desapareció mientras vivía en Sunningdale, en Berkshire, el 3 de diciembre de 1926. Su coche abandonado fue encontrado cerca de un lago en Newland’s Corner, en Surrey, provocando el inicio de una investigación policial y de mucha especulación por parte de la prensa. Hubo teorías que afirmaban que se había fugado, o que se había incluso suicidado, llegando a contarse que todo era una simple publicidad para sus obras.

Pero Agatha fue encontrada tres semanas más tarde en el spa del Hotel Hydropathic, en Harrowgate, donde se había alojado con un nombre diferente y había permanecido desde el primer día de su desaparición. Allí fue reconocida por uno de los huéspedes del hotel. Cuando Archie Christie llegó para identificar a su esposa, ella no negó ser Agatha Christie pero alegó que sufría de amnesia y dijo que no tenía ni idea de cómo había podido llegar hasta aquel spa de Harrowgate.


Por lo visto el matrimonio de Agatha y Archie comenzaba a ir de mal en peor. Él comenzó a verse con otra mujer, Nancy Neele, y en 1926 le pidió el divorcio a Agatha. Muchos creen que la escritora, molesta por el inminente divorcio y la reciente muerte de su madre, pudo haber sufrido una crisis nerviosa que la llevó a desaparecer de esa manera.

En el momento de su desaparición, Agatha era ya una reconocida escritora de novelas de misterio. Su última novela, El asesinato de Roger Ackroyd, la había hecho famosa y su desaparición llegó a ocupar durante tres semanas las principales portadas de los periódicos. Nadie podría haber imaginado que la propia Agatha tuviera incluso misterios sin resolver en su propia vida real.

Muchos piensan que la desaparición de Agatha se debió a que ella quería avergonzar a su marido o convertirlo en sospechoso de asesinato. Las especulaciones de que Archie hubiera podido asesinar a su famosa esposa llevaron a la policía a iniciar una intensa investigación que incluía las grabaciones al teléfono del marido. De hecho, una de las razones por las que los investigadores creyeron que que la desaparición de Agatha Christie se produjo como venganza hacia su marido fue el hecho de que ella firmara en el hotel bajo el nombre de Teresa Neele, el mismo apellido que la amante de su esposo…

Pero las teorías más aceptadas fueron las de un ataque de amnesia. El biógrafo de la escritoria, Andrew Norman, ha intentado demostrar que Agatha sufrió una rara forma de estrés que le llevó hasta la propia amnesia.

Cualquiera que fuera la causa de su misteriosa desaparición, Agatha Christie no volvió nunca más a hablar sobre ello. Si fue debido a la amnesia o bien un intento de vengarse de su marido, el enigma se encuentra para siempre alojado en la tumba de la escritora.

domingo, 12 de julio de 2009

El estrangulador de Boston


Entre 1962 y 1964 trece mujeres fueron violadas y asesinadas en Boston. Según el sumario policial el conocido como estrangulador de Boston era Albert DeSalvo. DeSalvo era conocido por sus casuales robos y abusos sexuales sobre mujeres, hasta que en 1964 con la excusa de que era un detective logró entrar en la casa de Mary Shullivan. La amordazó, la ató y después la violó, colocando entre sus dedos una felicitación de año nuevo y según declaraciones de la propia víctima, DeSalvo se disculpó por lo que a continuación iba a cometer.

La descripción que Shullivan hizo del malhechor fue básica para descubrir a DeSalvo. Éste tenía esposa y dos hijos. Según contaba la propia policía, afirmaba que vagaba por las calles hasta que las gana de matar le poseían. Entonces escogía una casa al azar y atacaba. No se centraba en ningún tipo de persona en particular, solo que fuesen mujeres. Su apetito sexual era insaciable, y él mismo culpa su infancia y a su propia mujer de sus actos. El abogado de DeSalvo admitió que era un hombre aparentemente tranquilo y que por su forma de actuar era difícil que levantara sospechas. Pero según George Nassar, el compañero de celda de Albert, escuchó durante noches las confesiones de DeSalvo de hasta once asesinatos y algunos que eran desconocidos por la policía.




Pero dentro del propio caso hay algunas notas que pueden dar que pensar en la posibilidad de que DeSalvo no fuese el autentico o único estrangulador de Boston. Según la propia familia de Mary Sullivan sostenía que DeSalvo no era quién atacó a Mary. En 1993 el sobrino de Mary, Casey Sherman, pudo leer un libro escondido entre las sombras, Los estranguladores de Boston de Susan Kelly. El relato impactó en Casey tanto que preguntó a la madre de Mary su opinión al respecto. La sorpresa de éste se produjo cuando ésta le confesó que estaban casi seguros que Albert DeSalvo no era quién él mismo proclamaba ser. Esta confesión apoyaba la teoría aportada en el libro de Susan Kelly. En él se mantenía que no solo hubo un estrangulador, sino que fueron varios los asesinos que se imitaban mutuamente.

El misterio se hizo más grande cuando un fiscal del condado de Massachusets, había hallado material genético de Mary Shullivan, y que, comparado con el que se aportó de Albert DeSalvo, no coincidía. Se investigó de nuevo pero no se llegaron a encontrar nuevas pruebas que pudiesen desestimar la acusación sobre DeSalvo y encontrar el culpable o culpables.

A pesar de esta investigación policial, que finalmente cargó todos los crímenes sobre Albert, el sobrino Casey no podía creer la versión de los hechos. Investigó la lista de testigos y se reunió con varios de ellos, pero su tía aportó que su sospechoso era el novio de la compañera de piso de Mary. Además un testigo vio una persona rondando la casa de Mary en horas cercanas al crimen. Coincidía con la descripción que hicieron del novio de aquélla. Lograron someter al nuevo sospechoso al polígrafo, y según los resultados la coartada que presentó era falsa.

No se pudo demostrar nada, la falta de pruebas desestimó al sospechoso, y el caso se cerró. Pero Casey en su empeño en demostrar que el caso no estaba cerrado localizó al novio de la compañera y pidió que se hiciera una prueba de ADN, lo que éste no aceptó.

El caso sigue cerrado, pero según estas últimas aportaciones, podemos pensar que posiblemente el autor de los hechos ha muerto impunemente, o sigue vivo sin levantar sospecha, ya siendo un abuelo. O incluso pensar que varios estranguladores continúan por ahí sin que se les reconozca. En el archivo policial a Albert DeSalvo se le acusó de trescientos ataques a mujeres, que posiblemente no cometió.

Poveglia, la isla de los horrores



El odio más irracional suele surgir de los lugares más recónditos del corazón, de sitios que jamás creeríamos tener, ennegreciendo hasta el mismo alma. Igual ocurre con ciertos lugares, sitios en los que un hecho concreto dejó un día atrapados a espíritus llenos de odio que emponzoñaron su tierra, transpirando una maldad absoluta.

Así surgió la historia de la isla de los horrores, Poveglia, una pequeña isla que se encuentra, curiosamente, en el más bello entorno que podamos imaginar: en las lagunas de Venecia, cerca del Lido. Allí, a veces, el rebalaje de las olas es capaz de arrastrar restos humanos carbonizados procedentes de la historia más macabra que podamos imaginar.

Europa sufrió una tremenda plaga de peste bubónica en el siglo XIV, pero hubo lugares donde por falta de ayuda o por su extensión, la situación se hizo más caótica y grave. En el caso de Venecia, su situación geográfica motivó que sus habitantes se vieran prácticamente atrapados como si de una ratonera se tratara. Llegó a tal punto la muerte a tomar las calles venecianas que los cadáveres se amontonaban, el mal olor penetraba en cada piedra, en cada gota de agua de sus canales, en su mismo aire. Finalmente, la autoridad decidió encontrar un lugar donde arrojar los cuerpos infectados, y Poveglia fue el lugar escogido.


Allí comenzaron a trasladarse los cadáveres que empezaron a amontonarse en las fosas donde eran quemados. Mientras, en la propia Venecia, el impacto de la peste asolaba la ciudad que se veía abocada a su perdición mientras el pánico se adueñaba de sus habitantes. Pronto no sólo se llevaron a Poveglia a los cadáveres, sino que comenzaron a recluirse allí a los infectado primero y después a todos aquéllos sobre los que había la más mínima sospecha de enfermedad. En pocos años 160.000 personas acabaron sus días en aquella isla.



El corazón de la misma isla, su tierra, se vio mezclado con la capa de restos carbonizados y de los que poco a poco iban muriendo en la isla. Tanto es así que aún hoy día el oleaje de vez en cuando arranca un poco de esa capa de restos.

Pasaron cientos de años y la isla permaneció maldita y totalmente abandonada hasta que en el año 1922 construyeron allí un psiquiátrico. Los locos allí recluidos fueron los primeros en ver extraños espíritus descompuestos que vagaban por Poveglia, pero nadie, por su estado mental, quiso creerlos. Sin embargo, aquel hospital todavía encerraría una truculenta historia. Quien sabe si el mal de la isla influyó de algún modo, pero lo cierto es que el doctor director del manicomio comenzó a experimentar con los pacientes nuevos métodos de curación. Fueron años de lobotomías y trepanaciones hasta que al propio director comenzaron a acosarlo los fantasmas. Asustado y perdida la razón decidió poner fin a sus días tirándose desde la torre del hospital.

Aún así, el doctor no falleció en el acto y cuentan quienes estuvieron presentes que una extraña nube de humo apareció de repente y se introdujo en su cuerpo hasta asfixiarlo.

Aquel fue el final del hospital que hoy día aún permanece cerrado en Poveglia. Sólo una familia fue capaz de intentar comprar la isla, pero no llegaron siquiera a permanecer una noche allí, ya que un extraño suceso que nunca quisieron desvelar, desgarró la cara de su hija la que tuvieron que darle 14 puntos.

Desde aquel suceso, salvo los que van a recoger la cosecha de los viñedos allí plantados (pues por la tierra rica en restos orgánicos dan exquisitas uvas), sólo los más atrevidos han osado aparecer por allí, pero todos juraron no volver acuciados por los gritos y lamentos que allí dicen oir, y por la abrumadora maldad que todos parecieron percibir.

miércoles, 8 de julio de 2009

El fantasma de la momia de Amen_Ra


Las momias, los jeroglíficos, la fascinación de los descubrimientos arqueológicos, los misterios de las pirámides… la Historia de Egipto desprende un halo de leyendas y misterios que envuelve a su tierra de un misticismo casi sobrenatural. Todos habremos oído alguna historia cautivadora en la que la eternidad de los siglos ha guardado un secreto maldito sólo destapado con el hallazgo de un descubridor.

La historia de un secreto maldito es la que hoy os descubrimos.

Aquel año de 1.500 a.C., Amen-Ra, princesa de Egipto, tras morir, fue momificada y enterrada en un sarcófago acorde a su grado de realeza y a su tradición religiosa, en las orillas del Nilo, en Luxor.

Así permaneció durante 34 siglos, ocultos a los ojos humanos, descansando para la eternidad, hasta que en el siglo XIX, durante unas excavaciones se encontró su ataúd. Amen-Ra despertaba de su largo sueño y, con ella, su maldición.

Aquel sarcófago, con su momia, se vendió al mejor postor, un grupo de amigos ingleses. El primero de ellos, nada más recibir su nuevo objeto de colección, se marchó, ante los ojos atónitos de todos, andando en dirección al desierto. Sin más palabras, con la mirada perdida, paso tras paso, se adentró en las arenas ardientes. De él jamás se volvió a saber más por lo que se supone acabó perdiéndose en el desierto. El segundo de los compradores sufrió un accidente y le amputaron un brazo, mientras que el tercero perdió todo su dinero y acabó indigente, vagando por las calles de Londres.


El siguiente rastro que se conoce de aquella momia de Amén-Ra la sitúa en Inglaterra donde una familia adinerada la añadió a su colección. La maldición, o el castigo de la princesa, no tardaría en llegar también a esta familia. Tres de sus miembros perdieron la vida en un trágico accidente, e incluso perdieron la casa en un incendio.

Los accidentes se sucedían uno tras otro, e incluso los transportistas que trasladaron el sarcófago al Museo Británico, murieron.

Las leyendas, las extrañas historias, estaban en boca de todos, más aún cuando el espíritu de Amen-Ra comenzó a expresarse. Sollozos, gritos, golpes y arañazos rompían el amenazador silencio de la noche en el Museo. Los objetos, por la mañana, amanecían cambiados de sitio; uno de los vigilantes nocturnos murió e incluso uno de los visitantes del museo que se había atrevido a tocar el sarcófago, perdió un hijo al día siguiente de la visita.

Escondieron el sarcófago en lo más profundo de los sótanos del museo, pero aún así, los sucesos extraños no se detenían.

Cierto periódico quiso hacer un reportaje, por lo que mandaron un fotógrafo. Cuando éste reveló la foto una aparición fantasmal apareció en ella mirándolo fijamente; aquella mirada, aquellos ojos fijos en él… el fotógrafo se suicidó al día siguiente.

El museo acabó por deshacerse del sarcófago, pero curiosamente su rastro se perdió. Nadie supo nada m´s de Amen-Ra salvo que una experta psíquica, madame Blavatsky, cuando lo vio y analizó se aterrorizó al descubrir la maldad que encerraba.

Dicen que, comprada por unos americanos, la quisieron llevar a Estados Unidos, y dicen esas nuevas historia que Amen Ra inició su viaje a Norteamérica en abril del año 1912. Sí, aquel barco en el que dicen iba aquella momia, era el Titanic, aunque de ésto último no hay ninguna confirmación.

Hoy, nadie sabe dónde está. Nadie conoce donde reposa Amen-Ra y si finalmente descansa ya… para siempre.

martes, 7 de julio de 2009

Los fantasmas del Museo Edgar Allan Poe




En la ciudad de Richmond, en el estado norteamericano de Virginia, se halla el Museo de Edgar Allan Poe, que alberga la mayor colección de objetos del genial escritor, y según cuentan, el espíritu del propio Poe. El Museo fue creado en 1921 en la pequeña casa de Stone House, un pequeño edificio de piedra de más de 300 años de antigüedad, en pleno centro del distrito de Shockoe.

Detrás del museo se erigió un pequeño santuario del autor. También se incluyó un hermoso patio ajardinado, con una enorme variedad de plantas que el escritor menciona en sus obras. Hoy en día el Museo se compone de varios edificios que rodean la antigua Casa de Piedra con los objetos de Allan Poe. Los turistas pueden ver la cama de niñez de Poe, el mobiliario y las obras de arte de la familia Allan, el escritorio y la silla que utilizaba para sentarse a escribir, etc…

Poe no fue en realidad un hombre rico, y apenas tenía posesiones. Algunos de sus objetos, como el espejo de su esposa fallecida, se exhiben en un edificio en el que muchos visitantes han visto merodear una oscura figura por las habitaciones. ¿Quizás el fantasma de Poe quien aún cuida de su colección?.


Marcia Skiffington, una guía que trabaja en el Museo, recuerda un escalofriante encuentro con esta sombra. Después de acompañar a un grupo de turistas al exterior, varios de ellos se acercaron a ella para preguntarle si había fantasmas o algo parecido en la zona. Ella les comentó los rumores que corrían de la sospechosa sombra que solía merodear las habitaciones de la casa y la parte delantera del jardín.

En ese momento, esos mismos turistas le mostraron a Marcia las fotos que acababan de realizar durante su visita, en la que se podía ver una sombra inquietante justo detrás de la guía, pero que a simple vista no habían podido ver.



El jardín del Museo es un lugar especial donde las parejas de novios van a hacerse sus fotos de boda. En muchas de esas fotos han aparecido las misteriosas figuras de dos niños, un chico rubio de unos cinco años, y una niña, también rubia, de siete. Ambos chicos aparecen jugando en la parte posterior del jardín. El personal que trabaja en el Museo jamás ha visto nunca a esos niños por los alrededores.

Entre el personal que trabaja en el Museo se cuenta otra situación en la que aparecen los espíritus de la casa. Justo antes del cierre de la jornada, llegó un gran cargamento para la tienda de regalos del Museo. El vendedor abrió las cajas para ver el contenido de la mercancía, y luego las colocó tras el mostrador para desempaquetarlas al día siguiente.

Cuando este vendedor llegó a la mañana siguiente, se encontró con toda la mercancía fuera de las cajas y dispuestas en línea frente al mostrador. Las cajas vacías estaban detrás del mostrador, tal como las había dejado el vendedor la noche anterior. El director del museo, Kat Spears, comprobó que el sistema de alarma no había saltado en toda la noche, a pesar de que funcionaba correctamente.

La identidad de estos espíritus siguen siendo hoy desconocidas. Algunos creen que los niños que aparecen en las fotografías del patio son los hijos de los primeros inquilinos de la Casa de Piedra, unos inmigrantes alemanes. Otros quieren apuntar que la sombra triste y oscura que vaga por el Museo es la del propio Edgar Allan Poe.

Pero, ¿quién se presta a aventurarse una noche y descubrirlo por sí mismo?…

domingo, 28 de junio de 2009

La leyenda de El Holandés Errante


Cuenta la leyenda que…

Surca los mares un buque fantasma maldito, condenado a vagar eternamente por los océanos del mundo, en castigo a la osadía y la soberbia de su capitán. Vanderdecken vio su barco envuelto en una tormenta cerca del cabo de Buena Esperanza. Los pasajeros, aterrorizados, le pidieron que volviera a puerto, pero el capitán, sintiéndose indestructible decidió continuar la marcha y cruzar el Cabo. Se ató al timón, y así, comenzó a entonar canticos sacrílegos.

“Desafío al poder de Dios a detener el curso de mi destino y mi resuelta carrera. Ni el mismo diablo despertará mi temor. Aunque tenga que surcar los mares basta el día del juicio”

Asustados, los mismos marineros se revelaron contra él, pero el capitán, rayando la locura, cogió a su líder y lo arrojó por la borda. Las nubes se abrieron, y de entre ellas surgió una luz divina que iluminó todo el puente de proa. Allí descendió una figura que se enfrentó al capitán. Esta figura, a quien asocian con Dios, o el Espíritu Santo lo condenó a vagar eternamente los mares entre tormentas y tempestades. Todo aquel que lo viera, le dijo, moriría. Sólo podría comer hierro al rojo vivo y beber hiel, y su única compañía sería la de un grumete, a quien le saldrían cuernos y fauces en vez de boca. Acto seguido, la figura desapareció llevándose con ella a toda la tripulación y los pasajeros.

Esta es quizás la historia más conocida de “El Holandés Errante“, pero son muchas las leyendas que circulan sobre este capitán y su barco, dependiendo del país del que provenga la historia. Ni tan siquiera el nombre del capitán está claro. Tampoco su antigüedad, pues si bien, se cree que este capitán vivió durante el siglo XVII, hay lugares donde sitúan la historia 500 años atrás, e incluso mucho antes. Que si sus origenes se basan en la historia de Stote, un vikingo que robó un anillo a los dioses, y del que se encontró, en castigo, sólo su esqueleto cubierto por un manto de llamas y atado a un buque fantasmal, o incluso, que se basa en la vida de Bartolomeu Dies, navegante portugués que descubrió el Cabo de Buena Esperanza, y de quien se decía que sus hazañas eran sobrenaturales.

En otra versión, en este caso, alemana, el capitán era Bernard Fokke, del siglo XVII, conocido también como Falkenburg, de quien decían, era capaz de hacer la travesía entre Holanda y Java en apenas 90 días, por lo que sospechaban que había firmado un pacto con el demonio. Cierto día, este hombre, de carácter violento, desapareció con su barco. Empezó desde entonces la leyenda de que había sido reclamado por el diablo y que vagaba eternamente por todo el mar, aunque desaparecía siempre en el momento en que otro barco lo avistaba.

Los marineros franceses incluso cuentan que el Holandés Errante envía tormentas a los barcos que le avistan e incluso, toma contacto, de modo que envía cartas a sus capitanes y los hace volver locos perdiendo el rumbo.

Hay muchos sucesos registrados acerca del avistamiento de este buque fantasma, pero quizás el más conocido es el del Bacchante, en 1881. Estas son las reseñas que se encontraron en el diario de un buque inglés:

“A las cuatro de la mañana el Holandés Errante se cruzó por delante de nuestra proa. Una extraña luz roja, como de barco fantasma brillaba por todas partes, y en medio de ella resaltaban claramente los mástiles y velas de un bergantín a unas doscientas yardas de distancia. El vigía del castillo de proa lo divisó por el lado de babor y el oficial de guardia también lo vio claramente desde el puente, así como el guardiamarina, que fue enviado al castillo de proa. Para cuando llegó no podía verse vestigio ni señal alguna de ningún barco ni cerca ni lejos en el horizonte; la noche estaba clara y el mar en calma. En total lo vieron treinta personas. Pero no se pudo averiguar si se trataba de Van Diemen o El Holandés Errante, o quién. El Tourmaline y el Cleopatra, que navegaban a estribor nuestro, nos hicieron señales preguntándonos si habíamos visto esa extraña luz roja” (citado por Bassett en Wanderships)”

Es muy habitual confundir la historia del Holandés Errante con la del Judío Errante por su similitud. En ésta última, un judío insultó a Jesucristo cuando éste se encontraba en la Cruz. Jesús lo condenó a vivir errante toda su vida hasta su regreso a la Tierra.

Sea cual fuera la verdadera leyenda, lo cierto es que con el tiempo, la historia del Holandés Errante se ha convertido casi en un mito de las historias de marinos, y su fama se ha extendido de tal forma, que cualquiera habrá oído hablar del buque fantasma que recorre los océanos del mundo. Novelas, cuadros, canciones, óperas, películas han hecho referencia a este barco alguna vez, y eso no ha hecho sino engrandecer su historia, convirtiendo su leyenda en una historia digan de contarse a lo largo de los años.

Richard Wagner, con su ópera “El Holandés Errante”, el escritor Longfellow, que le dedica su “Buque Fantasma”; la película “El holandés Errante” con Ava Gardner y James Mason, o la más reciente “Piratas del Caribe 2″; en videojuegos como “Age of Empires” o incluso en los aviones de la compañía KLM, en los que aparece el emblema “The Flying Dutchman”, son algunas de las muchas referencias que nos encontraremos a esta leyenda.

martes, 9 de junio de 2009

Charles Manson y el asesinato de Sharon Tate


Nada hacía presagiar que aquel joven de mirada perdida en las profundidades de las drogas acabaría siendo un ídolo de masas, el mesías satánico que liberaría al mundo del Apocalipsis y el guía que los llevaría a agartha, el mundo subterráneo en el que aguardarían hasta que la raza blanca hubiera desaparecido. Aquel joven, Charles Manson, había tenido una infancia dura, encaminada, casi desde sus primeros pasos al trágico desenlace que lo esperaba, como si el destino lo hubiera marcado ya desde el mismo vientre de su madre, la prostituta Kathleen Maddox.



Nacido el 12 de noviembre en Cincinnati (Ohio), sus primeros años lo vivió entre continuos problemas, pasando de familia en familia, y probando toda clase de experiencias autodestructivas: drogas, alcohol, vandalismo, violaciones, prostitución… Su acusada actitud antisocial lo condujo finalmente a la cárcel, y, curiosamente, fue allí donde tomó el giro definitivo que lo acabó convirtiendo en un mito satánico.

Fue en la cárcel, a lo largo de los años 50, donde tomó contacto con las virtudes del esoterismo, y algo, en su desquiciada cabeza, pareció perder el rumbo definitivamente. Durante años estudió la Biblia y cuantos textos sagrados de diferentes religiones caían en sus manos, hasta que en 1967 salió de la cárcel. En aquellos más de diez años entre rejas había concebido la loca idea de que el fin del mundo de acercaba, y creía ver señales de ello en todas partes. Pronto comenzó a considerarse como la reencarnación de Satanás e incluso de Dios.

En San Francisco creó un grupo llamado “La Familia” en el que incluyó a jóvenes marginados como él, cuyas vidas estaban perdidas en el mundo del LSD y los alucinógenos, y empezó a impartir sus creencias. Aquella secta iba ganando adeptos día a día bajo la tesis de que había llegado el momento del Apocalipsis. La raza blanca sería destruida por los negros, pero éstos, siendo como eran una raza inferior, según sus teorías, se encontrarían perdidos. Y ahí es donde aparecía su grupo, pues ellos serían los elegidos de guiar al mundo hacia un nuevo orden. Habrían de ser 144.000 los elegidos que, escondidos en un mundo subterráneo al que Charles Manson denominada Agartha, aparecían un día para dirigir a todos los supervivientes.

Sólo faltaba la señal definitiva que les pusiera frente a frente a ese dramático momento final en que el mundo se sublevaría y comenzaría la lucha…. y aquella señal llegó.



En su esquizofrénica y descontrolada cabeza, Charles Manson creyó ver en la portada del disco de Los Beatles, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y en la figura de Aleister Crowley, el llamado “mago negro” y autoproclamado también como descendiente de Satanás, esa señal que esperaba.

Acababan de trasladarse, él y sus seguidores, a Los Angeles, y aquel día comenzó una serie de asesinatos rituales por las mansiones angelinas con el firme propósito de acabar con los blancos. y entre todos aquellos asesinatos en los que jamás intervino, a pesar de inducirlos, se encontró el de Sharon Tate, la esposa del director de cine Roman Polanski que vivía en una casa situada en Beverly Hills.

En el césped del jardín se encontraban los primeros cadáveres, los de Abigail Folger, que era hija de un millonario industrial y el de Voyteck Frykowsky, cineasta amigo de Polanski. Un poco más adelante, dentro de un coche, estaba el de Steve Parent. Ya dentro de la casa estaba el escenario principal del crimen, el más macabro que pudiera imaginar mente alguna: Sharon Tate, embarazada de 8 meses, pendía bamboleante de una cuerda de nylon, colagada por el cuello y abierta en canal. Prácticamente le habían vaciado el vientre. Del otro extremo de la cuerda colgaba Jay Sebring, un conocido peluquero que trabaja en EE.UU. y en Londres; tenía la cabeza cubierta con una capucha negra y tras él, en la pared, escrito con sangre, la palabra “pig”.



Fue el primero de un rosario de crímenes que se sucedieron por la colina de Bel-Air, hasta que finalmente el grupo de Charles Manson fue detenido como autores de ellos.

Las razones permanecieron ocultas o desconocidas muchos años. Todo eran conjeturas, pues ninguno exponía una razón que les hubiera llevado al crimen, e incluso, se llegó a hablar de hechos sobrenaturales en aquel crimen, pues se supuso que la película que poco antes había rodado Polanski, “La danza de los vampiros” en el que satirizaba a los bebedores de sangre, había levantado algún poder oculto.

Sin embargo, la ayuda de una de los miembros de “La Familia” quien relató lo sucedido y acusó a sus compañeros, y la posterior declaración de la actriz Melody Paterson, amiga de Tate y del peluquero y además componente del grupo de Manson, quien explicó la que creía fueron las razones, ya que ella finalmente no participó en la matanza. Según sus declaraciones, aquel crimen iba dirigido contra Jay Sebring, el peluquero, un conocido sádico sexual que en el sótano de su mansión tenía la más horrible cámara de depravaciones sexuales que se pudiera imaginar. Según estas declaraciones, la semana anterior a su muerte, Sebring se encontró por la calle a dos chicas que iban totalmente drogadas, las invitó a su casa y se las llevó al sótano donde durante varias horas las sometió a las más horribles vejaciones. Aquellas dos chicas resultarían ser dos de las que participaron en el crimen, y una de ellas, incluso, fue la inculpada de clavar el cuchillo a Sharon Tate.

¿Fue entonces el crimen de la mansión de Sharon Tate una simple venganza o simplemente ya se tenía planeado la ola de crímenes y aquellas vejaciones solamente marcaron a la primera víctima de la matanza?

Sea como fuere, Charles Manson y sus seguidores fueron condenados a muerte en el año 1971, pero tuvieron la suerte de que estando pendientes de la ejecución la pena de muerte fue abolida en aquel Estado, por lo que se les conmutó a cadena perpetua, la cual aún cumple Manson, el profeta demoníaco.

domingo, 31 de mayo de 2009

El fantasma de la Ópera, asesino por amor


En el siglo XIX, La Ópera Garnier de París era un suntuoso edificio donde se representaban sublimes piezas de los mejores genios de la época. Empero, lejos del mundanal ruido de los aplausos, en sus cimientos se gestaba un sentimiento hostil y terrorífico. Sus trabajadores vivían aterrorizados por una entidad del “más allá” que no dudaba en satisfacer sus aberrantes deseos. Supuestamente, un fantasma que se materializaba en un hombre con una máscara, provocaba toda serie de accidentes para asesinar a sus víctimas. Lo que no sabían estos trabajadores es que este misterioso personaje era, en realidad, un peligroso hombre enamorado.

Poco a poco, su oscura leyenda fue gestándose hasta ser conocido como “El fantasma de la Ópera”. Nacido de padres humildes, su deformado rostro marcó su vida y actos. Escapó en cuanto pudo de su aldea natal, participó como objeto de una feria de horrores y aprendió de los zíngaros el arte de la música -de la que se convirtió en genio-, las acrobacias y ventrilocuismo. Los avatares del destino lo llevaron a la corte del Sha de Persia, donde ejerció labores de asesino y arquitecto.

En su regreso a Francia, se convirtió en el ingeniero responsable de La Ópera Garnier. Aprovechando su puesto, y que en el subsuelo había un lago, construyó túneles, laberintos y su propio hogar. Desde allí, podía controlar todo lo que ocurriera sobre el gran escenario. Cuando sus ojos se posaron sobre la virtuosa Christine Daaé, su mundo se desmoronó. Se encargó personalmente de conseguirle el puesto de “Prima Donna” al ocasionar la caída del telón sobre la diva del momento, Carlotta.


La joven Christine, convencida de que era un ángel quien la ayudaba en su carrera, seduce el corazón del público, incluyendo el de su amor de infancia, el Vizconde Raoul de Chagny. Erick -que así como se llamaba el fantasma-, decide mostrarse ante ella y la cita en las catacumbas de la ópera. Ella descubre que no es un ángel quien le escribe las asombrosas óperas, sino un hombre de cara deformada y de hábitos excéntricos. Él la encierra con la condición de liberarla si la acepta tal cuál es, a lo que ella accede porque se siente fascinada por su talento musical… Hasta que descubre que su “ángel” en realidad es un asesino en serie.

Horrorizada decide casarse con el Vizconde y escapar con él. Pero poco duró su idílico plan, ya que Erick lo descubre y decide raptarla en medio de una actuación, donde deja caer un gran candelabro en el escenario. Es este el momento donde se enfrentan la razón y las pulsiones del fantasma.

Lo que pudiera parecer un hecho acontecido en siglos pasados en realidad es una novela de Gastón Leroux, publicada en 1910, que ha inspirado cientos de obras de teatro, películas y festivales de música -actualmente, en Londres el musical sigue siento éxito de taquilla y colgándose el cartel de “agotadas entradas teatro“-. Su explosiva combinación de terror, amor, odio y tragedia, además de la descripción de tenebrosos ambientes, ha conseguido fieles adeptos alrededor del mundo desde su publicación. La maestría de la historia la ha elevado a categoría de leyenda, desconociendo la gran mayoría cuáles son sus orígenes reales. He aquí un claro ejemplo de lo que debe primar en un relato: la verosimilitud (”apariencia de verdadero”).

viernes, 29 de mayo de 2009

Elizabeth Bathory, la condesa sangrienta


Desde tiempos ancestrales, la búsqueda del elixir de la eterna juventud o la vida eterna, ha llevado a la perdición a todos/as aquellos/as que se enzarzaron en una encarnizada lucha contra el envejecimiento y la muerte, incapaces de aceptar la suprema ley del ciclo vital. En sus delirios por alcanzar ese status quo, han cometido auténticas atrocidades. Como las perpetradas por uno de los mayores terrores que ha pisado el viejo continente: Elizabeth Bathory, la condesa sangrienta.

Nacida en cuna oro, en la segunda mitad del siglo XVI, Elizabeth tenía importantes parientes que ocupaban puestos de relevancia, como el más importante: Steven, Rey de Polonia. Hasta los quince años, su vida transcurrió de forma normal, con las costumbres típicas de una joven de su posición. Sin embargo, a dicha edad fue desposada con el Conde Ferencz Nasdasdy, conocido como “El heroe negro de Hungaria”, ya que pasaba gran parte de su tiempo en batallas. En la soledad de su castillo, Csejthe en Nyitra, Bathory se introdujo en el mundo del ocultismo y magia negra, de la mano de un sirviente llamado Thorkon.

Una condesa torturadora.
Pronto empezaría Elizabeth a aflorar sus verdaderos instintos sádicos. Como detestaba a su suegra, quien era muy controladora y mezquina, empezó a desquitarse con sus sirvientas, torturándolas con ayuda de su vieja enfermera. A la muerte de su marido, en 1600, la condesa se sintió plenamente libre de poder realizar impunemente todo aquello que se le cruzara por la cabeza. Envió muy lejos a su suegra, y empezó a obsesionarse con su belleza -que ya de por sí era excepcional-.

Un día, por accidente, una sirvienta le dio un jalón al cepillarle el pelo y ésta, enfurecida, la abofeteó tan fuerte que la muchacha sangró por la nariz manchándole el rostro. Elizabeth, delirando, se autoconvenció de que la sangre de la chica había rejuvenecido su piel. Ordenó a Thorkon y a otro sirviente que la ataran y la desangraran. La condesa Bathory se bañó en una tina llena de sangre con la firme creencia que se mantendría eternamente joven…



El castillo sangriento.
Durante diez años, la condesa se aprovisionó de jóvenes muchachas, algunas de ellas de estrato social muy bajo, para desangrarlas mediante demoníacos rituales sirviéndose de complejos artefactos diseñados para tal fin. En las aldeas se le empezó a temer, y los campesinos estaban convencidos de que ella era una vampiresa -quizás lo fuera por su tremenda obsesión por la sangre-.

Sin embargo, una de las chicas consiguió escapar y avisó a las autoridades. Se ordenó una investigación al Conde Cuyorgy Thurzo, gobernador de la provincia y primo de Elizabeth. Cuando finalmente entraron a inspeccionar en castillo, el horror que habita en él los dejó sin habla. En diferentes cuartos había mujeres muertas, desangradas, algunas con partes del cuerpo agujereadas. Otras, estaban encerradas en un calabozo, esperando su turno para ir al matadero. Asimismo, exhumaron a más de 50 mujeres.

Encerrada de por vida.
Se celebró un juicio donde el mayordomo y otros participantes de las atrocidades declararon todo lo que vieron y experimentaron junto a la condesa. Describieron con detalle algunas de las torturas, como colocar a las mujeres boca abajo y cortarlas con tijeras. A todos los implicados en el caso, se les sentenció a la pena de muerte -se les decapitó e incineró-. La condesa, que nunca acudió al juicio, no se declaró ni culpable ni inocente. Ella había tenido dos ayudantes, sendas brujas, a las que se les partió los dedos de las manos y quemó en la hoguera. A Elizabeth se la confinó de por vida en el castillo con las ventanas y puertas selladas. Desterrada y sola, se le pasaba comida por un pequeño agujero. No se le condenó a la pena de muerte por ser su primo un primer ministro.

A los cuatros años de su confinamiento, un curioso soldado -quería verla en persona- encontró a la “condesa sangrienta” muerta. Su legado de terror había llegado a su fin.

sábado, 16 de mayo de 2009

Sueños premonitorios, profecías soñadas



Todos los seres humanos soñamos, es algo inherente a nuestra esencia y a la vez sumamente necesario para la salud mental. Durante las horas de descanso nuestro inconsciente trata de aflorar y pasar la barrera de la censura mediante imágenes que se caracterizan por ser absurdas, lúdicas y simbólicas.

Normalmente los sueños sólo vienen cargados de las experiencias vividas durante el día, estos restos diurnos, según la teoría freudiana, disfrazan la realización de un deseo para que este pueda burlar la represión que impone el inconsciente. Pero la realidad es que no siempre se mantiene esta teoría, y las impresiones oníricas traspasan la barrera de lo habitual adentrándose en lo paranormal.

Mientras dormimos, muchos de nosotros somos capaces de abrir las puertas que comunican a otros tiempos, mundos o universos y en el camino que emprendemos en estos parajes desconocidos podemos adquirir un conocimiento real de algo que sucede o sucederá. Quienes tienen una mayor sensibilidad y una superior conexión con el mundo espiritual, poseen más probabilidades de experimentar este tipo de fenómenos, los que se equiparan con la percepción extrasensorial consciente.


Muchas personas han experimentado lo que se llama sueño premonitorio; mientras dormían se les mostraron escenas de un suceso futuro, cosas imposibles de predecir accidentalmente y que no vivenciaron durante el día, por lo cual no compartían ningún nexo con sus vidas presentes.

Según los estudiosos del mundo paranormal también existen los sueños telepáticos, estos se dan cuando se proyecta en forma de representación onírica un acontecimiento en el mismo instante que sucede, esto se produce porque el durmiente es capaz de captar las impresiones mentales que desprende otra persona.


Por otro lado cuando se profetizan tragedias o escenas muy fuertes el soñante siempre las ve en forma desfigurada, simbólica y bastante intrincada, esto se debe a la esencia brutal y traumática que conllevan. Para poder entenderlos se debe hacer un análisis profundo de los mismos, por eso es imprescindible que la persona apenas se despierte anote todo el sueño con la mayor cantidad de detalles posibles.

Pero no crean que esto es algo actual, a lo largo de la historia de la humanidad se han descrito muchos casos de personas que eran capaces de predecir el futuro gracias a sus sueños, veamos algunos de los más famosos:

Antiguamente los egipcios afirmaban que todos los sueños eran premoniciones de sucesos futuros por ello inventaron un método para descifrar y entender el mensaje oculto de cada representación onírica. Esta fórmula de decodificación está plasmada en un papiro que data de 4.000 años atrás.

Por su parte la Biblia está llena de sueños premonitorios, por ejemplo el del Faraón egipcio que soñó con 7 vacas gordas y bellas que eran devoradas por 7 vacas flacas y feas, lo mismo con 7 espigas de trigo relucientes que eran aplacadas por otras 7 feas y enfermas. Este sueño vaticinaba los años de riqueza y hambruna para su pueblo.

Abraham Lincoln antes de ser asesinado soñó que al entrar en Casa Blanca veía un ataúd y al preguntar quién era el difunto, y un soldado le respondió: “Es nuestro presidente. Ha sido asesinado”.

Antes que sucediera el hundimiento del Titanic muchas personas lo vaticinaron por sus sueños. Un hombre llamado J. Connon que iba a viajar en el barco, desistió de la idea por haber soñado que este flotaba en el Atlántico con la quilla al aire mientras toda la tripulación moría en las aguas congeladas.

Un niño llamado Ricky McDowell padecía leucemia y estaba muy grave, al despertar de un estado casi comatoso lo primero que dijo fue “Kennedy ha muerto”. Esto sucedió horas antes de que el presidente de EEUU fuera asesinado.

domingo, 10 de mayo de 2009

Hospital Manuel Lois y su tenebrosa historia



Manuel Lois García fue un soldado de infantería marina nacido en Ordes, donde suministraba servicio en la tripulación del cañón número cuatro de babor del buque Baleares en la guerra civil española. En un enfrentamiento entre disparos, salió ardiendo una caja donde había un proyectil en llamas, lo tomó entre sus manos, y sin titubear lo tiró al mar para que no explotara en su nave, salvando a su tripulación, y como consecuencia muriendo calcinado. Tiempo más tarde, precisamente el 18 de Julio de 1.954, por sus acciones heroicas, fue bautizado en su honor este peculiar hospital.

En pleno centro de la capital de Huelva se situaba el imponente Hospital Manuel Lois. Esta residencia, era extraordinariamente extensa, medía casi once mil metros cuadrados. Años más tarde pasó a ser utilizada como almacén de material del SAS (Servicio Andaluz de Salud) y sólo se conservó un sector destinado a servicios de emergencia.

Este anexo, que a diario albergaba a cientos de vidas se vio colmado del sufrimiento, desesperación y angustia de cada una de las personas que veían aproximarse el fin de sus vidas encerrados dentro de las 4 paredes del nosocomio. En este sector solía aparecer una “dama de blanco” cuyos desconsolados lamentos se podían escuchar noche tras noche por los inmensos pasillos, alterando notablemente la paz mental de los empleados de urgencias. Muchos de ellos padecieron las consecuencias de las oscuras apariciones y terminaron dejando sus puestos por sufrir depresión, ataques de nervios e histéricos episodios.


Por estos sucesos el pasillo que comunicaba la sala de urgencias con el resto del edificio fue tapiado, pero aún así se podían seguir oyendo los ruidos de camillas y sillas de ruedas, gritos, sollozos, respiraciones aceleradas, y una sensación de intensa angustia que inundaba el aire y calaba hasta los huesos.

Pero no sólo las personas eran capaces de experimentar estas emociones, como sabemos los animales poseen un sexto sentido que los hace mucho más perceptivos. En determinadas zonas del hospital, los canes de los empleados de vigilancia se sentían amenazados o se rehusaban a ingresar a las habitaciones; la historia más llamativa es la de Danko, este animal se sintió acechado por una presencia que su dueño no podía percibir, lo mismo sucedió con otros perros de vigilancia, ellos se mostraban temerosos y agresivos hacia “algo” que no estaba allí.

Otro de los guardias de seguridad presenció junto a su can la aparición terrorífica de la dama de blanco y logró escuchar sus lamentos de ultratumba. El suceso fue escalofriante… en medio de la absoluta oscuridad e iluminado solo con la luz de una pequeña linterna el perro comenzó a tirar de la correa en dirección al espectáculo más apabullante, una presencia fantasmal femenina que se aproximaba hacia ellos acechándolos. Por el gran pavor el vigilante sufrió un ataque de nervios lo que le llevó a renunciar a su puesto de trabajo sin querer regresar jamás al lugar ni volver a desempeñar las mismas tareas.



En Diciembre de 1993 se cierra el complejo quedando en el olvido durante más de 1 década y media, tiempo durante el cual sólo los pasos de los agentes de seguridad nocturna daban vida al desértico lugar. Fueron ellos los últimos testigos de numerosos sucesos misteriosos, y es en los últimos pisos del edificio donde al igual que los demás, aseguraron haber presenciado las más espeluznantes apariciones fantasmales, de la cual destacaban la etérea presencia de una enfermera o monja, una mujer fantasmal que paseaba con sus ropajes blancos por los oscuros y lúgubres pasillos.

Dentro del edificio abandonado habían quedado resabios de la propia actividad que allí se realizaba, diversas camillas, colchas, jeringas, y demás instrumentos médicos estaban diseminados por doquier. Cierta noche en la cuarta planta de la institución, algunos de los viejos y raídos colchones comenzaron a arder sin causa aparente. A raíz de la cantidad de objetos inflamables que allí se encontraban, las llamas se extendieron de forma abrupta y el incendio fue intenso. Ante tal catástrofe el cuartel de bomberos de Huelva acudió de inmediato para sofocar las llamas que les prestaban una voraz resistencia.

Uno de los bomberos que participaron del salvamento comentó tiempo después que pudo distinguir entre la humareda una silueta femenina muy clara y definida, creyendo por tanto que en verdad una persona corría peligro. Al acercarse notó como esta mujer se alejaba de él, logró ver que ella vestía un traje de enfermería de décadas pasadas y como desaparecía entre las llamas. Esta visión le produjo un pánico intenso y dicho recuerdo se plasmo en su retina para quedar presente por el resto de su vida.

Este acontecimiento no fue el único, durante los últimos años el hospital fue sede de 6 quemas inexplicables, hasta que la estructura fue demolida. De ahí en más cesó la actividad paranormal, pero el recuerdo del horror y lo inexplicable quedará para siempre en la memoria de los residentes de Huelva.

Para los estudiosos del universo paralelo la demolición de este establecimiento significó una enorme pérdida ya que no tuvieron oportunidad de ingresar a las instalaciones, indagar sobre el porqué de las recurrentes apariciones ni tampoco ayudar a esas almas descarnadas a que encuentren su propio rumbo, quizás por ello estos entes perdidos nunca hallen la paz y deambulen eternamente inmersos en el pasado, reviviendo una y otra vez cada segundo de su sombrío final.