domingo, 18 de octubre de 2009

La durmiente


Por Edgar Allan Poe

Era la medianoche, en junio, tibia, bruna.
Yo estaba bajo un rayo de la mística luna,
Que de su blanco disco como un encantamiento
Vertía sobre el valle un vapor soñoliento.
Dormitaba en las tumbas el romero fragante,
Y al lago se inclinaba el lirio agonizante,
Y envueltas en la niebla en el ropaje acuoso,
Las ruinas descansaban en vetusto reposo.
¡Mirad! También el lago semejante al Leteo,
Dormita entre las sombras con lento cabeceo,
Y del sopor consciente despertarse no quiere
Para el mundo que en torno lánguidamente
muere

Duerme toda belleza y ved dónde reposa
Irene, dulcemente, en calma deleitosa.
Con la ventana abierta a los cielos serenos,
De claros luminares y de misterios llenos.
¡Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Por qué está tu ventana, así, en la noche abierta?
Los aires juguetones desde el bosque frondoso,
Risueños y lascivos en tropel rumoroso
Inundan tu aposento y agitan la cortina
Del lecho en que tu hermosa cabeza se reclina,
Sobre los bellos ojos de copiosas pestañas,
Tras los que el alma duerme en regiones extrañas,
Como fantasmas tétricos, por el sueño y los muros
Se deslizan las sombras de perfiles oscuros.
Oh, mi gentil señora, ¿no te asalta el espanto?
¿Cuál es, di, de tu ensueño el poderoso encanto?
Debes de haber venido de los lejanos mares
A este jardín hermoso de troncos seculares.
Extraños son, mujer, tu palidez, tu traje,
Y de tus largas trenzas el flotante homenaje;
Pero aún es más extraño el silencio solemne
En que envuelves tu sueño misterioso y perenne.

La dama gentil duerme. ¡Que duerman para el mundo!
Todo lo que es eterno tiene que ser profundo.
El cielo lo ha amparado bajo su dulce manto,
Trocando este aposento por otro que es más santo,
Y por otro más triste, el lecho en que reposa.
Yo le ruego al Señor, que con mano piadosa,
La deje descansar con sueño no turbado,
Mientras que los difuntos desfilan por su lado.
Ella duerme, amor mío. ¡Oh!, mi alma le desea
Que así como es eterno, profundo el sueño sea;
Que los viles gusanos se arrastren suavemente
En torno de sus manos y en torno de su frente;
Que en la lejana selva, sombría y centenaria,
Le alcen una alta tumba tranquila y solitaria
Donde flotan al viento, altivos y triunfales,
De su ilustre familia los paños funerales;
Una lejana tumba, a cuya puerta fuerte
Piedras tiró, de niña, sin temor a la muerte,
Y a cuyo duro bronce no arrancará más sones,
Ni los fúnebres ecos de tan tristes mansiones
¡Qué triste imaginarse pobre hija del pecado.
Que el sonido fatídico a la puerta arrancado,
Y que quizá con gozo resonara en tu oído,
de la muerte terrífica era el triste gemido!

lunes, 12 de octubre de 2009

Shakespeare, genio de la literatura universal


Durante mucho tiempo la identidad del mayor dramaturgo desde el siglo de Sófocles y Eurípides fue un misterio. Tan es así, que era opinión extendida que detrás del nombre de William Shakespeare se ocultaba algún gran personaje, sino varios. Todavía Freud, recurriendo a la técnica psicoanalítica, suponía que el autor de los dramas shakespeareanos era Edward de Vere, decimoséptimo conde de Oxford.

A día de hoy las dudas se limitan a cuestiones más bien textuales, eruditas. Sabemos que existió un William Shakespeare, bautizado el 26 de abril de 1564 en Stratford-on-Avon, pequeña ciudad próxima a Londres, que adquirió notoriedad en vida como actor y, sobre todo, como autor. Ahora bien, nuestras lagunas respecto de muchas circunstancias vitales siguen siendo considerables.

William fue el tercero de los ocho hijos que tuvieron John y Mary Arden. El padre era alcalde de Stratford y fabricante de guantes, un hombre acaudalado aunque, ya mayor, tendrá problemas con la bebida. La familia de la madre tampoco tenía problemas económicos, sino todo lo contrario. Por lo tanto, William no parece que haya pasado ningún tipo de penuria material en su infancia.


En el año 1582 William Shakespeare se casó con Anne Hathaway, ocho años mayor que él. Sin embargo, poco después William se marcha a Londres dejando en Stratford a su familia, probablemente para ser actor de teatro. Son años difíciles para los biógrafos. A William lo encontramos, ya en 1592, como dramaturgo que ha adquirido ya cierta fama.

En los años siguientes la creatividad de William va a resultar desbordante, aunque recuérdese que entonces muchas obras no eran originales en el sentido moderno, sino que los autores solían coger temas ya tratados por la tradición, de manera que, bajo las rivalidades de la época, las acusaciones de plagio entre unos y otros se multiplicaban. El caso es que antes de acabar el siglo, Shakespeare escribe Romeo y Julieta, El sueño de una noche de verano y Julio César, entre otras.

El trabajo le resulta muy lucrativo. En los últimos años del siglo XVI, el dramaturgo se hizo con terrenos y casas en su ciudad natal. El blasón que se le concede representa su entrada en la gentry (la baja nobleza) y demuestra su imparable ascenso social. El éxito no sólo no agota su fertilidad, sino que muy por el contrario, Shakespeare va a a dar mayor trascendencia a sus obras sin perder la frescura tan característica de todos sus diálogos.

Cuando Jacobo I sustituye a la reina Isabel en el trono, el nuevo monarca nombra a la compañía de Shakespeare artistas de la corte. En ese contexto surgen sus tragedias más conocidas: la primera versión de Hamlet es de 1603 (año de la muerte de la reina), Otelo, quizá de 1604, El rey Lear y Macbeth, posiblemente escritas entre 1605 y 1606. Finalmente, entre ese año y 1611, aparecen obras como Coriolano, Antonio y Cleopatra y La tempestad, obra genial y asombrosa, en cuyo rey protagonista se ha visto al propio Jacobo I.

Shakespeare murió en abril de 1616 en su lugar natal. Legaba al mundo una obra dramática con una fuerza gestual y narrativa nunca vista hasta entonces, en la que se destacaban personajes arquetípicos que sin embargo se alejaban decididamente de cualquier cliché.

Dentro de algunos años nos toparemos con el cuatrocientos aniversario de su muerte y es de esperar que entonces se celebren unas conmemoraciones planetarias para recordar no sólo al genio inglés, sino también al gran manco español, muerto asimismo en 1616: Miguel de Cervantes.

Stanley, el hotel maldito de Colorado



En varias oportunidades hemos hecho mención de hoteles que albergan huéspedes humanos y a otros seres incorpóreos. Esto se debe a que muchos de los sitios son en extremo antiguos y en su interior se produjeron muertes extrañas como violentas. Se estima que las almas de las personas que exhalaron su último aliento en estos sitios vagan sin rumbo vivenciando una y otra vez su vida anterior y el final de sus días.

Tal es el caso del fabuloso parador de Cardona y del hotel que hoy nos compete, el Stanley. La construcción de este prestigioso y antiguo edificio data del año 1909 y se encuentra emplazado sobre las montañas rocosas del estado de Colorado, Estados Unidos y es el atractivo elegido por miles de turistas, no por sus lujos sino por los misterios que oculta tras sus densos muros.

En el país es conocido como el “Hotel Maldito” y según afirman los testigos la habitación 418 es el foco de la mayor cantidad de fenómenos paranormales. La misma se encuentra cerrada y no se permite el acceso al público, sólo ciertos investigadores han podido ingresar con el fin de estudiar de cerca estos acontecimientos extraños.


Fuera de este sector, muchos huéspedes afirman haber sido testigos de numerosas apariciones fantasmales que les dieron un buen susto. El escritor de terror y ciencia ficción Stephen King visitó este hotel y a causa de lo que pudo vivir fue que creó su obra maestra “El Resplandor”.

Los fenómenos paranormales más recurrentes el Hotel Stanley van desde sonidos de voces, movimientos de cosas sin causa aparente hasta apariciones. Pero veamos más en detalle cada una de ellas:

Muchos turistas afirman el haber oído voces de infantes que parecían estar riendo y jugando también el haber presenciado la imagen de un pequeño que corre y desaparece en el aire.

Otros comentan que dentro de los cuartos las cosas se mueven “solas” o las encuentran de repente cambiadas de lugar; también sucede que los grifos se abren y el agua sale a borbotones con una presión poco usual.

Todos están convencidísimos que en la habitación 418 se hospeda un fantasma y, mientras la misma estuvo abierta al público, todo el que intentaba pasar unas horas allí dentro era presa de la furia de este espectro que no aceptaba la presencia de extraños en sus aposentos. Por esta razón las autoridades del hotel optaron por clausurar el cuarto y no alquilarlo a nadie más.

Luces extrañas que recorren los ambientes a gran velocidad, el sonido de un viejo piano que nadie toca y las muertes extrañas que acontecieron dentro del hotel vienen a completar esta seguidilla de hechos extraños y espeluznantes.

Como se imaginarán es uno de los hoteles más visitados en todo el estado. Por ello es que sus administradores, aprovechando el atractivo de sus misterios, organizan tours fantasmales de hora y media de duración durante los cuales cuentan la historia del lugar, sucesos extraños, teorías, etc.

viernes, 9 de octubre de 2009

Protectora d'animals i plantes de Barcelona



Dedicado a todos los animales...con todo mi cariño ya que no los puedo tener a todos....Cristina

sábado, 3 de octubre de 2009

El secreto


"Hace un año mi vida se derrumbó a mi alrededor. Trabajé hasta el agotamiento. Mi padre murió inesperadamente y mis relaciones eran un desastre. En ese momento no tenía idea que de mi gran desesperación surgiría el mejor de los regalos: Me fue otorgado asomarme a un gran secreto. Empecé a investigar el secreto en la historia." El secreto fue sepultado. El secreto fue codiciado. El secreto fue suprimido. El secreto jamás será revelado al público. "No podía creer cuántas personas lo conocían. Los personajes más relevantes de la historia.

La ultima hora


Año: 2007. Género: Documental. Sinopsis: La ecología, en la visión de Leonardo DiCaprio, se hace visible en el documental "The 11th Hour", producción que se estreno a nivel mundial en el Festival Internacional de Cine de Cannes. Producido por DiCaprio y con entrevistas a más de 50 científicos y otras personalidades sobre el estado del Medio Ambiente y del futuro de la Humanidad, "The 11th Hour" es un proyecto personal de esta estrella preocupada por el mundo en que vivimos. Además de la producción, DiCaprio también se encarga de la narración del documental y del guión, que escribió junto a sus directores Leila Conners.

viernes, 2 de octubre de 2009

Riqueza


Gabriela Mistral

Tengo la dicha fiel
y la dicha perdida:
la una como rosa,

la otra como espina.
De lo que me robaron
no fui desposeída:
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida,
y estoy rica de púrpura
y de melancolía.
¡Ay, qué amante es la rosa
y qué amada la espina!
Como el doble contorno

de dos frutas mellizas,
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida....

Un Sol


Alfonsina Storni

Mi corazón es como un dios sin lengua,
mudo se está a la espera del milagro,
he amado mucho, todo amor fue magro,
que todo amor lo conocí con mengua.

He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
pero yo espero algún amor-natura
capaz de renovarme y redimirme.

Amor que fructifique mi desierto
y me haga brotar ramas sensitivas,
soy una selva de raíces vivas,
sólo el follaje suele estarse muerto.

¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
distinto al tronco fiel que lo alimenta.

¿En dónde está el espíritu sombrío
de cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
yo seré incontenible como un río.

¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.

Carta al vacío


Ernestina de Champourcín

Es escribir a alguien
o lanzarse al silencio,
a nadar en lo oscuro,
a encender una llama
aunque ahoguen las dudas.
¿Carta a lo que no existe?
Hay buzones alados
que se disparan solos
y un correo sin pistas
ni trayecto seguro.

Eludir el camino
que todos conocemos.
Seguir hacia adelante
ruta de los que intentan
lo que nunca pensaron
y se sienten felices
porque hay algo distinto,
porque se desvanece
de pronto lo que sobra
y no existe el vacío
si queremos colmarlo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Yo, la que te quiere


Gioconda Belli. Línea de fuego (1974-1978)




Yo soy tu indómita gacela,

el trueno que rompe la luz sobre tu pecho.

Yo soy el viento desatado en la montaña

y el fulgor concentrado del fuego del ocote.

Yo caliento tus noches

encendiendo volcanes en mis manos,

mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.

Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,

riendo la risa inmutable de los años.

Yo soy el inexplorado camino,

la claridad que rompe la tiniebla.

Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía

y te recorro entero,

sendero tras sendero,

descalzando mi amor,

desnudando mi miedo.

Yo soy un nombre que canta y te enamora

desde el otro lado de la luna,

soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.

Yo soy algo que crece,

algo que ríe y llora.

Yo, la que te quiere.

Curiosidades sobre los lobos


Hoy les traemos algunas curiosidades sobre los lobos, esos animales tan hermosos y tan parecidos a nuestros perros pero a la vez tan diferentes.

Una de las características que distinguen al lobo del perro es que éste es un animal doméstico, es decir, un animal que se adapta a vivir con el hombre. Pero la cuestión va más allá, pues el perro obedece al hombre tal como si fuera el líder de su manada, mientras que un lobo, a pesar de ser también un animal gregario, e incluso ante la manifiesta superioridad de fuerza del hombre no lo aceptará como su líder ni lo obedecerá.

Uno de los mitos más comunes acerca del lobo es que se trata de animales peligrosos, más que eso, de animales malvados y que atacan al hombre. Esto no es cierto, si bien el lobo es un depredador, es más bien un animal tímido (o desconfiado) que rehuye el contacto con el humano, y sólo en caso de verse amenazado atacará al hombre.


A lo largo de la historia son contados los casos de lobos que han matado a personas. Sin embargo, la creencia popular ha hecho que en algunos tiempos los cazadores llegaran a rociar con gasolina la madriguera de los lobos y luego las prendieran fuego con los animales y sus crías dentro.

Otro mito es que los lobos aúllan a la luna. En realidad aúllan para comunicarse, o simplemente porque les gusta (nadie lo sabe con exactitud), lo que sí es cierto es que las luz de la luna mejora su visión y les permite cazar mejor, por lo que es más común verlos en noches de luna llena.

Por otra parte, sabemos que los lobos viven en manadas, y en ellas hay un estricto orden jerárquico, el líder, llamado macho alfa, será el lobo más fuerte y el que contará con más privilegios. Entre ellos, el Lobo Alfa será el que comerá primero, mientras que el resto de los animales deberán comer lo que él deje. En algunos casos (cuando hay una superpoblación), los líderes de la manada apartarán a los lobos más viejos o a los que han “desobedecido” sus órdenes de la manada.

Una de las característica que permite identificar al macho Alfa o Lobo Alfa es la posición de su cola, el rabo hacia arriba, así como el pelaje esponjado y las orejas levantadas son los signos que identifican al líder.

El lobo posee una especial técnica de caza, si bien no se trata de un depredador de gran tamaño, ni de un animal extremadamente rápido, el lobo cazando en grupo puede perseguir y asediar a su presa durante largos kilómetros, ya que a velocidad moderada posee una enorme resistencia. Esto hace que la víctima termine agotada y sea fácil presa de estos depredadores que la atacarán repetidas veces hasta lograr su objetivo.

Cualquier semejanza con la conducta de un ser humano (familiar, amigo o conocido del lector) se trata de evidentes casos de hombres lobo.

80s Metal Bands - The Early Years (1980-1984)

80's Hair/Metal/Glam/Hard Rock Bands From A - Z Part 2



Esto es Música...

viernes, 25 de septiembre de 2009

Mujer sin nombre







MUJER SIN NOMBRE

Yo no digo tu nombre. Yo digo mi locura.
Mírame cómo tengo los labios: como ríos
que atraviesan cantando tu hermosura.


Digo mi gran fervor, mi desespero.
Digo lo que me quema cuando llegas
y cuando ya te has ido lo que espero.


Escribo mi apetencia de ser dueño
de toda la candela de tus brazos,
para quemarme en ella como un leño.


Mujer sin nombre, si, pero nombrada
por mil voces ocultas: por mi instinto
que te tiene de gritos coronada.


Mi sangre hinca su alarido ardiente
en mi carne, socava mi estatura
y en mi mismo te busca ciegamente.


Y por buscarte así, como a una herida,
es mi sangre de tu alma y de tu imagen
la desenterradora enfurecida.


Mujer casi imposible, yo te evoco.
Para acercarte más cierro los ojos
y por cerrarlos casi que te toco.


Te veo saltar del fondo de mis versos
y caer junto a mi alma, con tu pecho
dividido en dos tibios universos.


Te oigo hablar y siento que me quema
esa llama de música que vive
dormida en las palabras del poema.


Te miro andar y siento que tus pasos,
siempre que en el crepúsculo se alejan,
más se acercan al sitio de mis brazos.


Pienso en tu cuerpo cálido y moreno,
y el cóncavo brasero de mis manos
de tu cuerpo se siente casi lleno.


Cuando miro tu talle me pregunto
si en una habitación deshabitada
por estar solo lo tendré más junto.


Cuando miro tus muslos yo me digo
que quizás en el tiempo de la siega
serán de mis trigales dulce trigo.


Y cuando veo tu pelo anochecido,
pienso que va a temblar como una estrella
cuando mi beso arranque tu gemido.


Te espero, si, con tanto desespero,
que la cal de mis huesos ya no puede
con la muerte profunda con que muero.


Ahora solo falta que te atrevas
y que congregues todas tus pasiones
con la pasión recóndita que llevas.


Mientras tanto yo soy el infinito,
y tú el surco de estrellas asediado
por la semilla amarga de mi grito.



Carlos Saavedra....

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Heat of the moment (Asia) Rock clasico



I never meant to be so bad to you Nunca quise ser tan malo para usted
One thing I said that I would never do Una cosa que he dicho que yo nunca haría
One look from you and I would fall from grace Una mirada de usted y me gustaría caer de la gracia
And that would wipe this smile right from my face Y que limpie esta sonrisa de mi cara derecha

Do you remember when we used to dance ¿Te acuerdas de cuando se utilizó para bailar
And incidence arose from circumstance Y la incidencia de la circunstancia se
One thing lead to another we were young Una de las cosas a otro lugar éramos jóvenes
And we would scream together songs unsung Y quisiéramos gritar juntos canciones olvidado

{chorus} (coro)
It was the heat of the moment Es el calor del momento
Telling me what your heart meant Me dice lo que significa que su corazón
Heat of the moment shone in your eyes El calor del momento brilló en sus ojos

And now you find yourself in 82 Y ahora usted se encuentra en el 82
The disco hotspots hold no charm for you Focos de la discoteca no tienen encanto para usted
You cant concern yourself with bigger things You cant preocupación con cosas más grandes
You catch the pearl and ride the dragons wings Que la captura de perlas y el viaje en alas de los dragones

{chorus} (coro)

And when your looks are gone and youre alone Y cuando se mira su pasado y solo youre
How many nights you sit beside the phone ¿Cuántas noches se sienta al lado del teléfono
What were the things you wanted for yourself ¿Cuáles fueron las cosas que quería para usted
Teenage ambition you remember well Te acuerdas de la adolescencia y la ambición

Morfeo el mito



Morfeo, considerado el dios del sueño en la mitología griega y de categoría menor, era hijo de Hipnos, que personificaba el sueño, y de Nix, que era la Noche, y hermano de Tánatos, la muerte. A este dios se le encomendó como misión crear sueños para aquellos que dormían y que los que en ellos aparecieran tuvieran forma humana. De hecho Morfeo, o Morpheus, viene del griego Μορφεύς, palabra que proviene de la que significa “forma”.

Morfeo tenía la increíble habilidad de recorrer el mundo una y otra vez con sus alas fabricando fantasías para los humanos. Si alguien presentaba problemas para dejarse mecer en sus brazos, él sabía seducirlos y llevarlos consigo al mundo onírico. Y si hacía falta, podía adquirir la apariencia de algún familiar del insomne. Mientras tanto, sus hermanos Fobetor y Fantaso, encargado uno de la aparición de animales y otro de los objetos que aparecían también en sueños, le ayudaban.




Se cuenta también que Morfeo fue hijo de Hipnos así como los “mil oniros“, con la particularidad de que estos “mil oniros” controlaban el soñar de los seres corrientes mientras que Morfeo y sus hermanos Fobetor, (Iquelo, el espíritu de oscuras alas que traía también las pesadillas), y Fantaso, ambos nacidos de la unión de Hipnos con Pasítea, o Aglaea, que era la más joven de Las Tres Gracias, (por ello surge la duda de si Morfeo era también fruto de la unión de Hipnos con esta Gracia).

Cuenta la mitología que cuando Ceice, rey de Traquis (ciudad situada al sur de Tesalia), y casado con Alcíone, hija de Eolo (dios de los vientos), se ahogó, su esposa, desesperada por su tardanza, se enteró del trágico final por medio de un sueño, sueño transmitido por Morfeo. Entonces, Alcíone, desesperada de dolor, se lanzó al mar buscando morir con su amado… Vemos así la importancia de Morfeo en los sueños de los humanos.

Rómulo y Remo, el nacimiento de Roma



Primero Eneas fundó la ciudad de Lavinio en honor a su esposa, la princesa Lavinia. Más tarde uno de sus hijos, de nombre Ascanio, proclamó el nacimiento de Alba Longa. Y fue en Alba Longa en donde, generaciones más tarde, Amulio derrocó a su hermano gemelo Numitor, por entonces rey de la ciudad. Y también obligó a Rea Silvia, hija del rey caído, a mantenerse virgen convirtiéndola en sacerdotisa de la diosa Vesta. Intentaba así evitar la futuras reclamaciones legítimas al trono.

Pero sus meditados planes no contaban con la intervención de Marte, dios de la guerra, que seducido por la belleza de la joven Rea, la poseyó mientras dormía y la dejó encinta. Fruto de este encuentro furtivo nacieron Rómulo y Remo.

Amulio, al conocer la noticia, hizo prisionera a Rea y ordenó asesinar a los recién nacidos. Estuvieron punto de morir ahogados, pero finalmente, enterneciendo los corazones de sus verdugos, fueron abandonados en la rivera del río Tíber. Por otra parte, también se cuenta que realmente fue su propia madre quien los dejó a la orilla del río para salvarlos de una muerte segura.

Sea como sea, estando los dos pequeños abandonados a su suerte, apareció una loba que se acercó con sumo cuidado y que, dándose cuenta de que no eran sino crías, los amamantó.
Poco después fueron recogidos por un pastor, de nombre Fáustulo y por su mujer, Aca Larentia, quienes los criaron y ayudaron a crecer sanos y robustos. Y así pasaron algunos años y Rómulo y Remo, entonces jóvenes pastores, desconocieron durante su niñez y juventud sus verdaderos orígenes. Pero el destino quiso que Remo, tras robar una oveja de los rebaños de Numitor, su verdadero abuelo, tuviera que comparecer ante éste, el cual enseguida se dio cuenta del parentesco que los unía.

Tras serle desvelada su historia, Remo volvió junto a su hermano dispuesto a devolver a su abuelo su lugar usurpado. Los dos hermanos consiguieron, tras rebelarse, acabar con Amulio y devolver a Numitor su poder.

Como recompensa, les fueron cedidas tierras, precisamente aquellas en las que una loba había salvado sus vidas amamantándolos. Pero los hermanos de este linaje parecían destinados a trágicos finales pues un tiempo después, y producto de disputas entre ellos, Remo terminó perdiendo la vida a manos de su propio gemelo.

Al parecer no conseguían encontrar un nombre para aquella ciudad nueva que emergía ante sus ojos, un nombre que satisficiera a los dos, así que decidieron que la decisión sería de aquel que avistase más aves en menos tiempo. Remo proclamó que había avistado sólo 6, frente a las 12 que aseguraba haber visto Rómulo, pero que las había visto primero. Rómulo no estuvo de acuerdo. Entonces se cuenta que dibujó, ayudado por un arado y bueyes, lo que planificaba que fuera el perímetro de la gran ciudad y era tal su voluntad que juró matar a quien osara traspasarlo sin su permiso. Remo, provocándolo, lo cruzó. Rómulo se lanzó contra él espada en mano…

Así pues, fue Rómulo, una vez muerto Remo, quien decidió el nombre en conflicto y su elección fue, finalmente, Roma. ¿La fecha?, se considera que fue el 21 de abril del año 753 a.C.

EL ALQUILER DEL FANTASMA

Para bajar en PDF pincha la foto


HENRY JAMES EL ALQUILER DEL FANTASMA («The Ghostly Rental») (1876) Uno de los más firmes seguidores de Stevenson es precisamente un escritor que no tiene nada de popular: Henry James. Con este escritor, que no sabemos si llamar americano, inglés o europeo, el género fantástico del siglo XIX tiene su última encarnación -o, mejor dicho, desencarnación; ya que se hace más invisible e impalpable que nunca: una emanación o vibración psicológica. Es necesario considerar el ambiente intelectual del que nace la obra de Henry James, y particularmente las teorías de su hermano, el filósofo William James, sobre la realidad psíquica de la experiencia: podemos decir que a finales de siglo el cuento fantástico vuelve a ser cuento filosófico como a principios de siglo. Los fantasmas de las ghost stories de Henry James son muy evasivos: pueden ser encarnaciones del mal sin rostro o sin forma, como los diabólicos servidores de La vuelta de tuerca, o apariciones bien visibles que dan forma sensible a un pensamiento dominante, como Sir Edmund Orme, o mixtificaciones que desencadenan la verdadera presencia de lo sobrenatural, como en El alquiler del fantasma. En uno de los cuentos más sugestivos y emocionantes, The Jolly Corner, el fantasma apenas entrevisto por el protagonista es el mismo que él habría sido si su vida hubiese tomado otro camino; en La vida privada hay un hombre que sólo existe cuando otros lo miran, en caso contrario se disipa, y otro que, sin embargo, existe dos veces, porque tiene un doble que escribe los libros que él no sabría escribir. (Italo Calvino) «El alquiler del fantasma» Tenía yo veintidós años y acababa de salir de la Universidad. Podía elegir libremente mi carrera y la elegí sin ninguna vacilación. A decir verdad, más adelante renuncié a ella de un modo no menos expeditivo, pero nunca lamenté aquellos dos años juveniles de experiencias confusas y agitadas, pero también agradables y fructíferas. Me gustaba la teología y en mis últimos años de Universidad había sido un ferviente lector del doctor Channing. La suya era una teología atractiva y sustanciosa; parecía ofrecer la rosa de la fe deliciosamente despojada de sus espinas. Y además (porque me inclino a creer que esto tuvo una cierta relación con ello) me había encariñado con la vieja Facultad de Teología. Yo siempre había deseado encontrarme en la parte trasera de la comedia de la vida y opinaba que allí podía representar mi papel con ciertas posibilidades de éxito (al menos a mi entender) en esa sede apartada y tranquila de benigna casuística, con su respetable avenida a un lado y su perspectiva de verdes campos y de bosques al otro. Cambridge, para los amantes de los bosques y de las praderas, se ha estropeado desde aquellos tiempos, y su recinto ha perdido mucho de su paz mitad bucólica mitad estudiosa. Entonces era una sala de estudios en medio de los bosques... una mezcla encantadora. Lo que es hoy en día no tiene nada que ver con mi historia; y no tengo la menor duda de que aún hay jóvenes estudiantes obsesionados por cuestiones doctrinales que, mientras pasean cerca de allí en los atardeceres de verano, se prometen que más adelante disfrutarán de sus exquisitos ocios. Por lo que a mí respecta, no quedé decepcionado. Me instalé en una espaciosa habitación cuadrada y baja de techo en la que las ventanas se incrustaban en las paredes formando bancos; colgué en las paredes grabados de Overbeck y Ary Scheffer; ordené los libros según un elaborado sistema de clasificación en los huecos que había a ambos lados del alto manto de la chimenea, y me puse a leer a Plotino y a san Agustín. Entre mis compañeros había dos o tres hombres de mérito y de trato agradable con los que de vez en cuando bebía una copa junto al fuego; y entre arriesgadas lecturas, profundas discusiones, libaciones siempre de poca importancia y largos paseos por el campo, mi iniciación en el misterio clerical progresó de un modo no poco grato. Trabé especial amistad con uno de mis compañeros y pasábamos mucho tiempo juntos. Por desgracia tenía un mal crónico en una rodilla que le obligaba a hacer una vida muy sedentaria, y como yo era un andarín .....

martes, 22 de septiembre de 2009

Belleza Felina Tigres





























Ayer


Ayer

Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.

Mario Benedetti...

No se culpe a nadie


El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulóver en el armario y empieza a ponérselo delante del espejo. No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor será meter el otro brazo en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. Parecería que no lo es porque apenas la lana del pulóver se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todavía más la operación, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulóver a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezándola y tirando simultáneamente con los dos brazos y el cuello. En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debería estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas. por más que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de cólera irónica con que reanudó la tarea, y que ha hecho la tontería de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulóver. Si fuese así su mano tendría que salir fácilmente pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecería que la cabeza está a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca más de lo que hubiera podido imaginarse, obligándolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteñirá y le manchará la cara de azul. Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire al frío de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quizá era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulóver por eso lo que él creía el cuello le está apretando de esa manera la cara sofocándolo cada vez más, y en cambio la mano ha podido salir fácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único que puede hacer es seguir abriéndose paso respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente salvo que el aire que traga está mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulóver, y además hay el gusto del pulóver, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez más con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestañas tropiezan dolorosamente con la lana, está seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulóver sin contar que debe ser tarde y su mujer estará impacientándose en la puerta de la tienda. Se dice que lo más sensato es concentrar la atención en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulóver está en contacto con el aire frío de la habitación es como un anuncio de que ya falta poco y además puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulóver con ese movimiento clásico que ayuda a ponerse cualquier pulóver tirando enérgicamente hacia abajo. Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecería que el pulóver ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único que encuentra la mano es la camisa cada vez más arrugada y hasta salida en parte del pantalón, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulóver porque sobre el pecho no se siente más que la camisa, el pulóver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahí arrollado y tenso como si él tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulóver lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que él tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya está afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulóver que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas. En el fondo la verdadera solución sería sacarse el pulóver puesto que no ha podido ponérselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridículo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que él comprenda a tiempo que el pulóver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestañas. Entonces más despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izquierda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la esté mordiendo porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulóver, prefiere intentar un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echándose hacia adelante y hacia atrás, girando en medio de la habitación, si es que está en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulóver, aunque su mano izquierda le duela cada vez más como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a través de la manga el borde del pulóver arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin fuerza, le duele demasiado y haría falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar inútilmente por las piernas en vez de pellizcarle el muslo como lo está haciendo, arañándolo y pellizcándolo a través de la ropa sin que pueda impedírselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa materia fría, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo frío y diferente, el tiempo de fuera del pulóver, está de rodillas y es hermoso estar así hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uñas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los párpados y echarse atrás cubriéndose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulóver y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos.


Julio Cortázar.......



sábado, 19 de septiembre de 2009

El cofre de Davy Jones


Los marineros del siglo XVIII creían de forma supersticiosa en un malévolo espíritu de las profundidades llamado Davy Jones al cual rendían pleitesía los demás seres malignos del océano, y cuya aparición iba seguida de tempestades, naufragios y otras desgracias. Para aquellos viejos lobos de mar, Davy Jones personificaba al océano en su faceta más destructiva y diabólica.

Su reino comprendía el lecho marino correspondiente a alta mar, ese pozo sin fondo en el cual todo lo que caía era irrecuperable. En alguna parte de sus dominios, tenía un gran arcón o cofre en el que guardaba todo lo que llegaba allí desde la superficie, fuesen objetos de oro, trozos de barcos o cadáveres de marinos ahogados. Las almas de estos últimos también le pertenecían, por lo que cuando un marinero moría se decía eufemísticamente que había ido a parar al cofre de Davy Jones.

Según el escritor escocés Tobias Smollet, Davy Jones podía aparecer bajo diversas formas. Uno de los personajes de su novela picaresca Peregrine Pickle (1751) cree verlo con tres hileras de dientes, ojos grandes como platos, cuernos y rabo, exhalando humo azul por la nariz, aunque en realidad se trataba de uno de sus subordinados disfrazado así para darle un buen susto.


El recuerdo de este misterioso personaje se conserva en los clásicos de la literatura marinera en forma de frases hechas y juramentos. “Os veré a todos con Davy Jones”, le promete el capitán Alexander Smollet a Long John Silver en La isla del tesoro (1883); “¿Por qué, en el nombre de Davy Jones?”, pregunta el oficial Gray; “tienes la insolencia de Davy Jones”, le recrimina el pirata Silver a uno de sus camaradas. En Moby Dick (1851) se emplea la expresión “irse a Davy Jones” por dos ocasiones, como sinónimo de “irse a pique” o, simplemente, “morir”.

La auténtica naturaleza de este ser no está demasiado clara. Para muchos era una simple encarnación del demonio, otros creían que se trataba de un viejo pirata condenado por el diablo a vivir en el fondo del mar como castigo a alguna terrible fechoría.

Con respecto al origen de su nombre, Peter D. Jeans dice en su libro sobre folclore marinero que “Davy” podría venir de “duppy” o “duffy”, un espíritu marino de la tradición caribeña procedente de las religiones africanas; y “Jones”, del célebre personaje bíblico engullido por una ballena.

A un gato




No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.




Poemas de Jorge Luis Borges

jueves, 17 de septiembre de 2009

El asesinato de Robert Kennedy y de nuevo las sospechas de complot


Hay tres asesinatos en Estados Unidos que constituyen todo un misterio al que muchos les gustaría encontrar respuesta: el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, el de Martin Luther King, y el de Robert Kennedy. En los tres casos las resoluciones que se adoptaron en poco concuerdan con las muchas pruebas que en cada uno se encontraron; balas mágicas que no se saben de dónde han sido disparados; posbiles sospechosos que fueron vistos en los lugares de los crimenes pero que nunca se han encontrado; implicaciones políticas, complots…

El senador Robert Kennedy había sucedido a su hermano como gran candidato para el pueblo estaodunidense a la presidencia de EE.UU. Su caracter firme, su inteligencia, su constancia, la consecuencia con sus ideas le habían dado ese grado de apoyo y confianza que el pueblo norteamericano había depositado pocos años atrás en su hermano John F. Kennedy. Y así, el que fuera mano derecha de JFK poco a poco convertiría su carrera política en un ascenso meteórico hacia el sillón presidencial.

Un viernes, 5 de Junio del año 1968, Robert Kennedy se encontraba en el hotel Ambassador de Los Angeles buscando apoyos para su campaña presidencial. De ese modo agradecía la confianza a todos aquéllos que le habían votado en las primarias de California, en las que había arrasado poco tiempo atrá. Quedaban apenas 5 meses para saber quien sería el próximo presidente de los Estados Unidos, y él era el gran candidato para ganar.

Al acabar la reunión, la gran cantidad de público que lo esperaba a la salida hizo que decidieran sacarlo por otro lado, por lo que se dirigieron a las cocinas del hotel. Fue allí donde encontró la muerte. Tres disparos a quemarropa del palestino Sirhan Bishara Sirhan acabaron con su vida después de una larga agonía de 24 horas. Nunca se sabrá como consiguió entrar en las cocinas el asesino, ni como supop de aquel repentino cambio de planes, pero las sospechas se dispararon en todas direcciones.


Robert Kennedy sufrió tres impactos de bala: en la cabeza, en la axila y en la base del cuello, pero en total se realizaron diez disparos. De hecho, aparte de Robert, hubo cinco heridos más, uno de ellos con dos tiros. En total, diez balas, y, sin embargo, la pistola de Sirhan sólo tenía un cargador de ocho balas. Eso hizo presuponer que, supuestamente, había dos armas, y por tanto, dos asesinos. Pero aquella línea de investigación no se continuó. Hubo paneles de la cocina en las que se incrustaron las balas, y cristales rotos que se perdieron como pruebas.

El propio Sirhan, cuando fue interrogado por un psicólogo, no recordaba nada de lo ocurrido, y sólo acertaba a escribir: “Matar a Kennedy, matar a Kennedy…”, varias veces, como si fuera una reacción autómata. Los amantes de las teorías conspirativas empezaron a indicar que Sirhan estaba “programado”, teoría que aún se reforzó cuando se supo que dos años atrás Sirhan había tenido un accidente por el que fue internado en un hospital, y que cuando salió de él, todos sus conocidos decían que estaba totalmente cambiado… Y las sospechas, como ocurriera con su hermano John Fitzgerald, volvieron a apuntar hacia la CIA.

De nuevo, los presentes hablaron de otros dos personajes desconocidos que estaban en la escena del crimen, de un hombre rubio y de una mujer con un vestido de lunares. Varios testigos coincidieron en ese punto, pero tampoco se encontraron a estos dos sospechosos.

Una cuarta bala se quedó en el abrigo de Robert sin llegar a impactarle, pero era imposible que un tiro directo no le atravesara. Por otro lado, el disparo de la cabeza se demostró que había sido hecho a quemarropa, a escasa distancia, y sin embargo, Sirhan, se encontraba a más de un metro en el momento de disparar…

Muchas pruebas contradictorias; otras muchas perdidas; muchas líneas de investigación abandonadas; muchos errores en el seguimiento del asesinato… y muchos intereses particulares y poíticos, pues como su hermano, Robert seguía en la lucha contra la mafia, en su enfrentamiento a los soviéticos y a Cuba… los mismos motivos que parecieron tener para sospechar que la muerte de JFK fue un complot, se volvían a dar con Robert.

Pero como ocurrió con Lee Harvey Osvald, en este caso, tan sólo Sirhan Sirhan fue acusado del magnicidio. Hoy día, cumple cadena perpetua, pero aún así, él sigue declarándose inocente del crimen…

Los Iluminati


Las novelas históricas han puesto al descubierto los nombres de varias sociedades secretas que durante años han estado ligadas con las leyendas, moviéndose entre la realidad y la ficción de su influencia histórica en la política y la sociedad. El simple nombre de Los illuminati, el Priorato de Sion, o el más conocido de la Masonería, despiertan una curiosidad morbosa acerca de su origen y de su verdadero poder, y, sobre todo, de hasta qué punto ambas siguen existiendo en las sombras.

Si “El código Da Vinci” o más tarde “Angeles y Demonios“, ambas de Dan Brown, fueron quienes abrieron el camino para el descubrimiento de la verdad escondida durante siglos, más tarde, otras, profundizaron en su estudio, y aunque la mayoría cometieron errores históricos de auténtico bulto en pos de un mayor éxito comercial, todas ellas supieron abrir las vías necesarias para intentar resolver algunos enigmas.





Símbolo de los Illuminati

Una de estas sociedades secretas fue la de los Illuminati, cuya aparición se encuentra documentada por primera vez el 1 de mayo de 1776, en Baviera (Alemania). Aquel fin de siglo era el de la revolución cultural; el de la Ilustración; el de las nuevas ideas y el futuro a punto de llegar. Ya años antes, en el 1717, la masonería había surgido como respuesta a las reuniones de ilustres que buscaban encontrar una ideología más moderna y adecuada al progreso social y personal. Estas nuevas ideologías encontraron su abono en el siglo XVIII durante el que el racionalismo se abrió paso por toda Europa, donde incluso reyes europeos, como Federico II de Prusia, fueron masones.

Sin embargo, la Iglesia Católica, temerosa de perder su poder político y económico, luchaba abiertamente contra esas ideas de progreso y contra esas nuevas sociedades secretas. En Baviera controlaban con mano de hierro el gobierno e incluso la educación con la sóla idea de evitar que los niños se abrieran a esas nuevas corrientes. La censura se imponía, y fue en esa situación de tensiones internas, cuando poco a poco, en los círculos intelectuales comenzó a fraguarse una nueva sociedad.

Adam Weishaupt era uno de esos ilustrados que en un principio abrazó las ideas del racionalismo y llegó a ingresar en la masonería. Sin embargo, Weishaupt era mucho más radical que las ideas que propugnaban y pronto comenzó a destacarse y desligarse. Como catedrático de Derecho Canónico en la Facultad de Ingolstadt intentó inculcar sus ideas en sus propios alumnos lo que le ocasionó continuas disputas con la Iglesia y con el propio Gobierno de Baviera.

El 1 de mayo de 1776 acabó fundando su propia sociedad a la que llamó la Orden de los Perfectibilistas aunque finalmente acabó cambiándole el nombre por la de los Illuminati. Sus pensamientos radicales postulaban que tanto la Iglesia como los Gobiernos debían ser derrocados y para ello debían producirse Revoluciones por todo el mundo. De ese modo aparecería una nueva sociedad menos servil y más libre. Pero dada la radicalidad de sus ideas y del enfrentamiento con la Iglesia, sus líderes debían esconderse bajo nombres falsos, que generalmente eran de personajes antigüos. Así Weishaupt era conocido como Espartacus.

Su programa era tan ambicioso y a priori inalcanzable, que en los primeros momentos captaron pocos adeptos. No fue sino hasta la aparición en el año 1780 de Adolf Franz Friedrich, barón de Knigge, cuando Los Illuminati vivieron el empujón que necesitaban. El barón simplemente se encargó de dotar de una estructura organizativa mucho más factible y de unos estatutos y unos grados iniciáticos que también han sido motivo de especulaciones a lo largo de los siglos, con pruebas que se consideraban como diabólicas. El éxito fue tan rápido que en poco tiempo tuvieron colaboradores por media Europa y entre ellos famosos como Goethe o Herder, ambos escritores.

La fama del barón de Knigge comenzó a ser tan fuerte que el propio Weishaupt empezó a enfrentarse a él, viendo cómo perdía poder en una sociedad que él mismo había creado. El año 1783 fue su mejor año, pero a cambio, las relaciones internas ya no eran igual, y la desunión se había apoderado de ellos. El barón acabó por marcharse y abandonar a los Illuminati al caracter despótico y tiránico de Weishaupt.

En 1784, el Gobierno Bávaro y la Iglesia, conscientes del gran poder que estaba atesorando el grupo, y de sus ideas anarquistas y peligrosas, acabó por promulgar una serie de edictos contra todas las logias. En 1786 un registro a la casa de Xavier Zwack, uno de sus cabecillas, puso al descubierto muchos de sus archivos secretos e ideas. Finalmente, en su edicto del año 1787 se castigaba a los Illuminati con la pena de muerte, mientras la Iglesia Católica lanzó a su Inquisición tras ellos.

Prácticamente, en apenas un año, habían conseguido acabar con los Illuminati. ¿Pero qué fue lo que hizo que los Illuminati desaparecieran y, sin embargo, otros, como la francmasonería continuara casi hasta nuestros tiempos? Sin duda alguna, su radicalismo. Aquella redada en casa de Zwack puso al descubierto documentos que horrorizaron al mundo, pues contemplaba una serie de acciones fatales encaminadas a sembrar el caos y derrocar a todos los gobiernos posibles.



Desde entonces, muchos actos terroristas y muchas situaciones históricas han sido asignadas a los Illuminati, como la Revolución Rusa, el atentado de las Torres Gemelas, o incluso el estallido de la Revolución Francesa. El propio Churchill pensaba que Lenin era uno de esos Illuminati. Sin embargo, jamás ha habido ninguna prueba concluyente de su implicación, y lo único cierto, es que jamás se ha vuelto a encontrar documento alguno que los ligase a nada desde aquel año de 1787. Sólo pruebas que podrían asociarse con ellos, como el curioso símbolo del delta luminoso que aparece en los billetes de a dólar norteamericano, y que curiosamente eran el símbolo que los Illuminati eligieron como señal de identidad, la de la pirámides de 13 escalones, iluminada en su punta y con un ojo en su interior.

La Historia sólo nos cuenta que los Illuminati concluyeron con la muerte de Weishaupt en el año 1830.

martes, 8 de septiembre de 2009


Félix Grande

SI tú me abandonaras te quedarías sin causa
como una fruta verde que se arrancó al manzano,
de noche soñarías que te mira mi mano
y de día, sin mi mano, serías sólo una pausa;

si yo te abandonara me quedaría sin sueño
como un mar que de pronto se quedó sin orillas,
me extendería buscándolas, con olas amarillas,
enormes, y no obstante yo sería muy pequeño;

porque tu obra soy yo, envejecer conmigo,
ser para mis rincones el único testigo,
ayudarme a vivir y a morir, compañera;

porque mi obra eres tú, arcilla pensativa:
mirarte día y noche, mirarte mientras viva;
en ti está mi mirada más vieja y verdadera.

El asalto a la Bastilla en la Revolución Francesa


Decía Marx que la burguesía había sido la más revolucionaria de las clases sociales. No le faltaban razones. Los burgueses habían llevado la lógica del capital hasta el último rincón del planeta, destrozado el Antiguo Régimen, conseguido el poder, finiquitado los privilegios nobiliarios. La más importante revolución burguesa ocurrió en la Francia de finales del XVIII. Su primer golpe de efecto fue la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, fecha que se conmemora cada año al establecerse como la francesa fiesta nacional.

A Luis XVI le gustaba la caza. No se sabe si tenía otros intereses. Ahora, el ruinoso estado de la hacienda del reino había sido herencia de los monarcas precedentes. Claro que al esposo de María Antonieta siempre se le podrá reprochar su falta de voluntad, de coraje, de inteligencia política. Sin embargo era lo suficientemente prudente para rodearse de ministros notables.

El problema era el de siempre: luchas de influencia, camarillas opuestas, la ambigua figura de la poderosa reina…al final los ministros iban cayendo y la situación económica no dejaba de empeorar.


En el mundo autista de la corte no parecían darse cuenta de hasta donde podría llegar la situación. Para ser justos, cuando en 1788 se convocan los Estados Generales, pocos imaginaban los acontecimientos venideros. En aquel momento, muchos de los futuros revolucionarios ni siquiera eran conscientes de serlo.

El rey convocó los Estado Generales después de una fracasada Asamblea de Notables, sin representación popular. Se pretendía incorporar a los nobles y al gran clero a los ejercicios de recaudación fiscal. Las clases privilegiadas, ciegas-sordas-mudas, no querían dar un solo pasa atrás. Como en otros momentos de la historia su intransigencia al final acabó por perderlos. Su negativa a contribuir con algunos impuestos al rescate de las arcas públicas puede ser visto como una especie de estúpido harakiri.

Así pues, después de muchos titubeos e indecisiones, el rey convoca los Estados Generales. Hacía dos siglos que aquello no sucedía, por lo que incluso había dudas acerca de cómo organizar las reuniones. Al final se fijó en 1200 el número de diputados, 600 para el estamento popular (el Tercer Estado) y el resto para la nobleza y el clero. Fue un cinco de mayo de 1789 cuando se produjo la apertura de los Estados Generales, mientras entre la población, y específicamente en París, prendía un extraño sentimiento de júbilo ante lo desconocido.

Porque ese mismo día empezó la agitación social, un poco como inconsciente respuesta fisiológica. Los primeros días, nobleza y clero intentaron aislar a la mayoría popular. Ésta reaccionó hasta darse a sí misma el nombre de Asamblea Nacional, es decir, proclamando su intención de hablar no en defensa de uno u otro grupo, sino de la Nación. El hecho produjo una corriente de entusiasmo. Miembros de la nobleza y del clero se pasaron a sus filas. El rey mismo tuvo que reconocer a la Asamblea Nacional que el 9 de julio se intituló como Constituyente, porque su objetivo era ya el redactar una Constitución.

Fue entonces cuando las masas parisinas, cada día más inquietas y basculando entre la esperanza de acabar con el hambre y el temor de una feroz reacción, decidieron armarse. Invadieron el hospital de Los Inválidos (era también un arsenal) y, en un movimiento espontáneo, se dirigieron a la prisión de la Bastilla. Era el símbolo del absolutismo, de la arbitrariedad del poder sin trabas y de la indefensión de los ciudadanos.

Dicen que cuando el rey se enteró, exclamó perplejo: ¡Pero si esto es un motín!, a lo que el duque de La Rochefoucauld respondió: No, sire, es una revolución.

La Casa del Pino, leyenda argentina


En Argentina, en la vieja Mendoza achaparrada, provincia ubicada en el centro oeste de Argentina, nació la leyenda de “La casa del Pino”. La Cañada era un lugar al que, mansa y habitualmente, iban a descansar los laguneros venidos de las lagunas de Huanacache, luego del largo transitar trayendo hacia la ciudad los productos de la tierra y el agua que ellos vendían a las familias asentadas en el incipiente caserío.

Los cantos, dichos y contares eran el marco propicio para el descanso luego de la larga jornada y como preludio para que, al día siguiente, comenzara el sempiterno regateo por las frutas, verduras, cestos de totora y los preciados peces que eran traídos desde las lagunas. Un pino enhiesto servía de natural refugio a los indios huarpes que llegaban desde la tierra de Lavalle, uh distrito colindante.

Hasta a estas tierras llegó la cacería de brujas que se había iniciado con tantas aguas de distancia. Un buen día, una mujer venida hasta esas tierras desde Castilla fue sentenciada a morir colgada de aquel pino por cuanto fue acusada de diabla y bruja. Aún cuentan lo pobladores, que han mantenido la memoria colectiva por medio de sus narraciones orales dictadas por los viejos de las tribus y transmitidas de generación en generación, que al momento de ser ahorcada, Brunegilda – ese era su nombre – profirió extraños, horrendos y guturales gritos que no sonaban humanos, y juró vengarse aún después de muerta. Así murió, ahogada por el cáñamo mortal de la justicia, pero volvió con más fuerza en sus brujerías.


En las noches oscuras, vestida de intenso blanco se aparecía a quienes transitaban el lugar y los hechizaba con sus conjuros misteriosos y secretos. Enamoraba a los hombres y hacía que se ahogaran en el remanso de las aguas sin que nadie pudiera explicárselo. Sin embargo, rehuía de aparecerse a las mujeres de las tribus que pasaban por aquellas tierras de noche, quizá, por aquella que dicen que toda mujer posee una poderosa hechicera en su interior.

Mientras, con el correr de los años, el verde ramaje del pino fue mostrando poco a poco, entre sus ensombrecidas ramas, la silueta de una hermosa mujer, vestida de blanco. Es la “bruja diosa”, como la llaman los lugareños, y a ella se le ofrendaban las más diversas promesas en agradecimiento por favores recibidos.

Mientras tanto, la casa del pino – así se llamaba a la vivienda que estaba en las cercanías – sigue siendo motivo de misterios, de duendes, de fantasmales figuras que recuerdan a aquella bruja castellana que se atrevió a desafiar la autoridad de entonces.

miércoles, 12 de agosto de 2009

The Beatles, los mas grandes de la Historia
























Los Beatles formaron en los años 60 una de las pocas formaciones musicales atemporales de la historia de la música mundial. Y digo atemporal porque pasen los años que pasen siguen fascinando, siguen versionándose sus temas, siguen siendo noticia de alguna u otra manera.

Comenzaron siendo 5 cuando junto a John Lennon y Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr aún tocaba Stuart Sutcliffe, y se separaron cuando las tensiones iban a dejar el grupo en tres con la marcha de John Lennon.

El hombre lobo de Detroit, leyenda norteamericana


Esto ―cuenta la leyenda― sucedió hace mucho tiempo, cuando Detroit era colonia francesa y los cánticos indígenas en honor al Gran Dios Serpiente todavía se podían oír desde las afueras de la ciudad. En aquel entonces la magia india aún no había perdido su poder, y las brujas del bosque, las conocidas como “Mujeres Blancas”, vendían burbujeantes pociones que transformaban a los hombres en licántropos.

Dicen que por aquellos años vivía en la ciudad una joven llamada Archange Simonet, a quien un hombre lobo raptó durante el baile de su boda sin que ninguno de los invitados pudiese hacer nada para evitarlo, como tampoco pudo hacer nada su horrorizado marido, que desde entonces se dedicaría en cuerpo y alma a intentar recuperarla.

Rápidamente, organizó una partida de búsqueda que se adentró en lo más profundo del temido bosque, y en la cual participaron multitud de amigos, vecinos y conocidos de la pareja. Uno de ellos estuvo a punto de abatir al licántropo, pero falló su disparo, aunque por poco, logrando tan solo arrancarle la cola al monstruo. Esta sería venerada desde entonces como una auténtica reliquia por los indios de la región.


Tras esta escaramuza, nadie volvió a encontrar el rastro del hombre lobo ni obtuvo pista alguna sobre dónde se podía encontrar Archange. Poco a poco, las batidas fueron espaciándose en el tiempo, a la vez que perdían componentes, hasta que solo quedó el marido de la joven, cada vez más pálido y nervioso, continuando en solitario su desesperada búsqueda nocturna, apenas ya un obstinado vagabundeo sin rumbo fijo.

Había pasado tanto tiempo que casi nadie se acordaba ya de su pobre esposa cuando, en una noche de luna llena, el joven encontró unas huellas extrañas. Eran demasiado humanas para pertenecer a un lobo y demasiado lobunas para ser de un hombre. Las siguió hasta llegar al río Detroit, en cuya orilla pudo ver al licántropo, el mismo que había raptado a su mujer, pues le faltaba la cola. En silencio, se aproximó a él mientras introducía una brillante bala de plata en el cargador de su rifle; levanto el arma y apuntó hacia su presa.

En aquel momento, solo una idea le pasaba por la cabeza: vengarse de aquel ser que tanto daño le había causado. Así que sin pensar en nada más apretó el gatillo, pero antes de que el arma disparase, el hombre lobo se arrojó al río, desapareciendo bajo el agua para, cosa extraña, no volver a salir a la superficie, por mucho lo esperase. Al amanecer, lloró de desesperación junto a la orilla del río.

A partir de entonces, abandonó su búsqueda. Todos pensaron que había perdido un poco la razón, pues no dejaba de contar, a todo aquel que quisiera escucharle, la historia de cómo un hombre lobo había raptado a su mujer durante el mismo día de su boda. Al llegar a la parte en la que el monstruo se arrojaba al agua, aseguraba que un pez enorme había salido de las profundidades y lo había engullido de un bocado.

-Bibliografía:

•Charles M. Skinner, Myths and Legends of Our Own Land, Philadelphia and London, J.P. Lippincott Company, 1896. (Consultado en la edición electrónica de Sacred Texts).

Adiós al mito de la luna sangrienta


Uno de los mitos más célebres que existen es el que cuenta que en noches de Luna llena cientos de personas enloquecen y son capaces de cometer los más atroces asesinatos. Una afirmación que prolifera en nuestra cultura desde siglos pasados, una obsesión del ser humano por entender los extraños comportamientos de algunos congéneres. Tanto los primeros filósofos griegos como los científicos actuales se han preguntado si el influjo de la Luna puede alterar nuestros comportamientos psíquicos y físicos.

La premisa en la que se han basado gran parte de los expertos contemporáneos es la siguiente: “en las noches de luna llena, urgencias recibe más víctimas de agresiones”. Por tanto, un equipo de investigadores de Alicante decidió verificar si realmente esta leyenda realmente ocurría. Asimismo, también se analizó en Estados Unidos si la epilepsia empeora según la fase en la que se encuentra la luna. En ambos casos los resultados revelan que todo es falso.

No obstante, muchas personas siguen pensando que según la fase lunar cambia nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, la Luna creciente se relaciona con todo lo que tenga que ver con el crecimiento y la Luna menguante con todo lo que se reduce y disminuye. Por tanto, si queremos cortarnos el pelo es mejor hacerlo en creciente, pero si vamos al dentista que sea en menguante (para sangrar menos). Es decir, son pequeñas muestras de hasta dónde ha llegado la sabiduría popular sin ninguna base real o científica.


Nunca más será válida la afirmación de “está demostrado científicamente que la luna influye en nosotros”. También se extrapola esta descartada “influencia” a la agricultura y las mareas. Sin embargo, en el caso de las mareas sí existe una explicación científica. Ésta dice que se debe a la Ley de Gravitación de Newton, lo que define la poderosísima atracción de nuestro satélite, la Luna, hacia la Tierra. De ahí, que las mareas se vean alteradas. Lo mismo no ocurre en los otros casos, ya que son producto de la imaginaria supersticiosa.

Es presumible que muchas de estas creencias son un fiel legado de las observaciones que hacían nuestros ancestros del cielo y la Tierra. Quizás hubo un sangriento asesinado que coincidió con la luna llena, o un ingenuo agricultor relacionó una buena cosecha al observar un noche de luna creciente. Gran parte de las leyendas y mitos nacen como reacción ante un pequeño acontecimiento, convirtiéndolo en un asunto de gran relevancia. Ahora bien, poniéndonos serios, es un consuelo que la Luna no tenga nada que ver con los trastornos psiquiátricos.

Pero… ¿Y qué pasa con los hombres-lobo?

viernes, 7 de agosto de 2009

El beso


La luz de ocaso moribunda toca
del pinar los follajes tembladores;
suspiran en el bosque los rumores
y las tórtolas gimen en la roca.

Es el instante que el amor invoca,
ven junto a mí; te sostendré con flores,
mientras roban volando los amores
el dulce beso de tu dulce boca.

La virgen suspiró; sus labios rojos
apenas, ¡Yo te amo! murmuraron,
se entrecerraron lánguidos los ojos,

los labios a los labios se juntaron
y las frentes bañadas de sonrojos,
al peso de la dicha se doblaron.



Manuel María Flores

ALEX UBAGO - Sin Miedo A Nada



Me muero por suplicarte, que no te vayas mi vida,
me muero por escucharte, decir las cosas que nunca digas,
mas me callo y te marchas, mantengo la esperanza
de ser capaz algún día, de no esconder la heridas que me duelen al pensar
que te voy queriendo cada día un poco mas.
cuanto tiempo vamos a esperar?

Me muero por abrazarte, y que me abraces tan fuerte,
me muero por divertirte, y que me beses cuando despierte,
acomodado en tu pecho, hasta que el sol aparezca,
me voy perdiendo en tu aroma, me voy perdiendo en tus labios que se acercan
susurrando palabras que llegan a este pobre corazón.
voy sintiendo el fuego en mi interior.

Me muero por abrazarte, y que me abraces tan fuerte,
me muero por divertirte, y que me beses cuando despierte,
acomodado en tu pecho, hasta que el sol aparezca,
me voy perdiendo en tu aroma, me voy perdiendo en tus labios que se acercan
susurrando palabras que llegan a este pobre corazón.
voy sintiendo el fuego en mi interior. (A duo)

Me muero por conocerte, saber que es lo que piensas, abrir todas tus
puertas,
y vencer esas tormentas que nos quieran abatir.
Centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba,
besarnos hasta desgastarnos nuestros labios.
Y ver en tu rostro cada día, crecer esa semilla, crear, soñar,
dejar todo surgir, aparcando el miedo a sufrir (A duo)

Me muero por explicarte, lo que pasa por mi mente,
me muero por intrigarte, y seguir siendo capaz de sorprenderte,
sentir cada día ese flechazo al verte.
¿Que mas dará lo que digan? ¿Qué mas dará lo que piensen?
Si estoy loca es cosa mía. Y ahora vuelvo a mirar,
el mundo a mi favor, vuelvo a ver brillar la luz del sol. (Amaia Montero)

Me muero por conocerte, saber que es lo que piensas, abrir todas tus
puertas,
y vencer esas tormentas que nos quieran abatir.
Centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba,
besarnos hasta desgastarnos nuestros labios.
Y ver en tu rostro cada día, crecer esa semilla, crear, soñar,
dejar todo surgir, aparcando el miedo a sufrir.

Aún Te quiero.......


domingo, 2 de agosto de 2009

Derrochador de encanto


Derrochador de encanto, ¿por qué gastas
en ti mismo tu herencia de hermosura?
Naturaleza presta y no regala,
y, generosa, presta al generoso.

Luego, bello egoísta, ¿por qué abusas
de lo que se te dio para que dieras?
Avaro sin provecho, ¿por qué empleas
suma tan grande, si vivir no logras?

Al comerciar así sólo contigo,
defraudas de ti mismo a lo más dulce.
Cuando te llamen a partir, ¿qué saldo

podrás dejar que sea tolerable?
Tu belleza sin uso irá a la tumba;
usada, hubiera sido tu albacea.

William Shakespeare

Ed Freeman












Ver más pincha la foto







Ed Freeman nació y se crió en Boston, hijo de profesores universitarios, se especializó en francés y ruso en el Oberlin College. Pasó los primeros veinte años de su vida profesional como músico, primero enseñando y, a continuación, como artista, escribiendo y produciendo. Lo más destacado de su carrera musical incluye los arreglos del primer album de Carly Simons, trabajando como road manager del último tour de The Beatles y produciendo el tema “American Pie” de Don McLean. En 1989 crea su propio estudio en Los Ángeles y comienza una gradual transición para trabajar a tiempo completo como fotógrafo. Tiene una amplia colección de paisajes y de imágenes de sus viajes por más de cincuenta países. Su amplio trabajo comercial (retrato, arquitectura, still life, gente) ha sido exhibido en decenas de portadas de revistas, editoriales, carteles, anuncios y libros. Su experiencia con Photoshop ha sido objeto de decenas de artículos y se han utilizado en sus dos libros, “Desert Realty” y “Work.”

Alejandro Dumas (El Conde de Montecristo)

Para descarga pincha la foto


No se exagera afirmando que Alexandre Dumas (1802-1870) es el novelista más traducido y leído del mundo, su imaginación, la amenidad que supo dar a sus relatos, la gracia teatral de sus personajes, merecen la inmensa fama que ha conseguido. Inolvidable crónica de una prodigiosa venganza, El conde de Montecristo (1844) es la única novela que Dumas desarrolla dentro de su propia época y que, debido a su gran éxito, se prolongó en el teatro con el drama extraído de la obra por el autor mismo: Montecristo (1848).


El 24 de febrero de 1815, el vigía de Nuestra Señora de la Guarda dio la señal de que se hallaba a lavista el bergantín El Faraón procedente de Esmirna, Trieste y Nápoles. Como suele hacerse en talescasos, salió inmediatamente en su busca un práctico, que pasó por delante del castillo de If y subió abordo del buque entre la isla de Rión y el cabo Mongión. En un instante, y también como de costumbre,se llenó de curiosos la plataforma del castillo de San Juan, porque en Marsella se daba gran importancia ala llegada de un buque y sobre todo si le sucedía lo que al Faraón, cuyo casco había salido de losastilleros de la antigua Focia y pertenecía a un naviero de la ciudad.Mientras tanto, el buque seguía avanzando; habiendo pasado felizmente el estrecho producido poralguna erupción volcánica entre las islas de Calasapeigne y de Jaros, dobló la punta de Pomegue hendien-do las olas bajo sus tres gavias, su gran foque y la mesana. Lo hacía con tanta lentitud y tan penososmovimientos, que los curiosos, que por instinto presienten la desgracia, preguntábanse unos a otros quéaccidente podía haber sobrevenido al buque. Los más peritos en navegación reconocieron al punto que, dehaber sucedido alguna desgracia, no debía de haber sido al buque, puesto que, aun cuando con muchalentitud, seguía éste avanzando con todas las condiciones de los buques bien gobernados.En su puesto estaba preparada el ancla, sueltos los cabos del bauprés, y al lado del piloto, que sedisponía a hacer que El Faraón enfilase la estrecha boca del puerto de Marsella, hallábase un joven defisonomía inteligente que, con mirada muy viva, observaba cada uno de los movimientos del buque yrepetía las órdenes del piloto.Entre los espectadores que se hallaban reunidos en la explanada de San Juan, había uno que parecíamás inquieto que los demás y que, no pudiendo contenerse y esperar a que el buque fondeara, saltó a unbote y ordenó que le llevasen al Faraón, al que alcanzó frente al muelle de la Reserva.Viendo acercarse al bote y al que lo ocupaba, el marino abandonó su puesto al lado del piloto y seapoyó, sombrero en mano, en el filarete del buque. Era un joven de unos dieciocho a veinte años, deelevada estatura, cuerpo bien proporcionado, hermoso cabello y ojos negros, observándose en toda supersona ese aire de calma y de resolución peculiares a los hombres avezados a luchar con los peligrosdesde su infancia.-¡Ah! ¡Sois vos Edmundo! ¿Qué es lo que ha sucedido? -preguntó el del bote- ¿Qué significan esascaras tan tristes que tienen todos los de la tripulación?-Una gran desgracia, para mí al menos, señor Morrel -respondió Edmundo-.......

Alejandro Dumas..... El Conde de Montecristo