miércoles, 1 de julio de 2009

Girona ( Catalunya)






La historia de la ciudad se remonta a los asentamientos de los íberos de la tribu de los indigetes en los poblados que rodean y cierran el Llano de Gerona. Hacia el 77 a. C. Pompeyo construyó un oppidum sobre la Vía Heráclea y los ocupantes romanos fundaron la originaria Gerona, denominada en latín Gerunda.

La nueva ciudad de Gerunda se repobló con los habitantes del poblado de San Julián de Ramis convirtiéndose en un importante centro de la región, con la articulación de un ager romano que rodeaba la urbe. Pese a que Gerunda se encontraba en el interior, alejada de la costa, disponía de una buena conexión con el puerto de Ampurias.

La ciudad tuvo su primer periodo de esplendor como diócesis de la Iglesia unida a la sede metropolitana de Tarragona, seguido de la ruralización que se desencadenó por todo el antiguo imperio romano a causa de la ruina general y la pérdida de peso de los ciudadanos.

La conquista musulmana enseguida afectó a Gerona imponiendo el nuevo poder musulmán un tributo personal y territorial, pero duró poco por su cercanía con el imperio carolingio. El historiador catalán Ramón Abadal i Vinyals lo considera como el inicio de un proceso que condujo al nacimiento de la Cataluña posterior, lo cual viene a demostrar la importancia que Gerona tuvo a lo largo del tiempo.

La organización carolingia del territorio convirtió a la ciudad en la sede del Condado de Gerona. Gerona, como sede condal, cumplió holgadamente con su papel y superó las etapas más difíciles del peligro musulmán. Las nuevas murallas reforzaron la plaza fuerte y ampliaron la superficie de la ciudad. En ese momento se da la época de máximo esplendor de la comunidad judía de Gerona con la escuela cabalística. Actualmente, la judería de Gerona, es una de las mejor conservadas de Europa y es una de las atracciones turísticas de Gerona.

Durante los siglos XV, XVI y XVII la ciudad continuó creciendo y se fueron realizando pequeñas ampliaciones y mejoras de las murallas para proteger a la ciudad de los diversos ataques a los que tuvo que hacer frente hasta finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII por parte de las tropas francesas en el contexto de las numerosas guerras europeas.

A principios del siglo XIX sufrió una devastación debido a los combates y asedios que sufrió durante la Guerra de Independencia Española.

Hacia 1889, el Estado mayor del ejército español suprimió la categoría de plaza fuerte que ostentaba Gerona y se permitió el derribo de una parte de las murallas del sur de la ciudad, Gerona empezó a tomar la forma que tiene hoy en día. El 4 de febrero de 1939 las tropas franquistas ocuparon la ciudad. En 1960 Gerona es nombrada la primera Ciutat pubilla de la Sardana con un mensaje de Josep Mainar i Pons.
Casco Antiguo El Casco Antiguo de Gerona, corazón de la primigenia ciudad romana de Gerunda, contiene todo el patrimonio artístico más relevante de la ciudad y está cercado por inmensos lienzos de muralla que se pueden recorrer por el Passeig Arqueològic y el Passeig de la Muralla, con un bello mirador sobre la ciudad.





Las Casas del Oñar Muy características de Gerona son las casas colgadas sobre el río Oñar. Estas pintorescas casas construidas a lo largo de los siglos al lado del río ofrecen una imagen espléndida de una pequeña ciudad mediterránea. Todas las fachadas fluviales están pintadas siguiendo la paleta cromática conferida por Enric Ansesa, Jaume Faixó y los arquitectos J. Fuses y J. Viader.


La Judería (El Call Jueu ) Dentro de la encrucijada de callejones medievales destaca la Judería, El Call, donde vivió hasta finales del siglo XV una reducida comunidad. Se trata de uno de los núcleos medievales mejor conservados de Europa. Destaca en el mismo el Centro Bonastruc Ça Porta, la posible antigua sinagoga convertida hoy en centro de estudios. Al lado norte del centro se encuentra el Montjuïc, o monte de los Judíos.


La Catedral de Gerona Artículo principal: Catedral de Gerona
En la Plaza de la Catedral son importantes la Casa Pastors, edificio renacentista actual Palacio de Justícia, y la Pia Almoina. En esta plaza está la Catedral o Santa María, construida entre los siglos XI-XVIII que ofrece cuatro estilos arquitectónicos: románico, gótico, renacentista y barroco.

Además de otras construcciones civiles como la Casa de l'Ardiaca y el Palacio Episcopal, el casco antiguo cuenta con representativas construcciones religiosas, como el monasterio de Sant Pere de Galligants o la Basílica de Sant Feliu.


Baños árabes El recorrido por el Barrí Vell puede concluir en el Paseo Arqueológico, con las torres Julia y Cornelia; y los Baños árabes, al final del paseo, caracterizados por su linterna cupulada superior.


La Rambla de la Libertad Antigua espina dorsal del la Gerona medieval barroca y octocentista, es el espacio público más concurrido y emblemático de Gerona. Sin embargo, la existencia de la rambla es muy reciente ya que su configuración data del 1885 época en la que el arquitecto municipal Martí Sureda i Deulovol unificó la plaza de las coles con la calle del abrevadero y los soportales de los esparteros que hizo derribar. Todo el espacio se convirtió, entonces, en un paseo arbolado, de tilos, y se pusieron unos bancos. Se llamó La Rambla de la Libertad haciendo honor al árbol de la libertad que se plantó en 1869, durante el sexenio democrático. Aunque el espacio fue muy modificado por Sureda, conserva una parte porticada medieval y algunos de los palacios de la misma época. No obstante, la construcción de inmuebles ochocentistas transformó, en parte, el carácter medieval del espacio. Actualmente la Rambla es el punto de entrada al Barrio Antiguo para los turistas que llegan a la ciudad y un lugar de paseo para todos.


La Plaza de la Independencia La Plaza de la Independencia —que hace referencia a la Guerra de la Independencia Española— es una de las plazas más conocidas y frecuentadas de Gerona. Situada en el Barrio de Mercadal, en el centro de la ciudad, la plaza se asienta donde estuvo el Convento de San Agustín, por lo que también se conoce como Plaza de San Agustín. El interés de esta plaza radica en su aire ochocentista pese a que, la misma, está rodeada por edificios neoclásicos austeros e idénticos, con unos porches escultóricos dedicados a los defensores de la ciudad de Gerona durante los asedios de 1808 y 1809. De todas formas, la plaza, de proporciones simétricas corresponde más bien a las intervenciones actuales que a su pasado arquitectónico. El arquitecto municipal Martí Sureda fue el primero que ideó una plaza cerrada y porticada con vueltas neoclásicas, con unos edificios que tuvieran las mismas proporciones estéticas. La urbanización de la zona sólo siguió, en parte, sus esquemas y la construcción de las primeras salas de cine de esta ciudad, malogró la idea de Martí Sureda. Hasta los años 80 del siglo XX no se pudo completar lo que había imaginado ese arquitecto.


Los puentes sobre el río Oñar Uno de los principales problemas, a lo largo de la historia, de la ciudad, lo constituyó la necesidad de unir las dos partes de la ciudad que se hallaban separadas por el río Oñar: la orilla derecha (Barrio Viejo) y la orilla izquierda (barrio de Mercadal). Debido a ello, los puentes jugaron un papel primordial en el desarrollo de la ciudad. Actualmente no queda ninguno de los puentes medievales que cruzaban el río y la mayoría de las construcciones son contemporáneas. Entre ellos destacan cuatro: el Puente de Piedra, el Puente de Hierro, el Puente de Gómez y el Viaducto del Ferrocarril. El Puente de Piedra (Pont de Pedra o de Isabel II) data de 1849 y sustituyó al puente medieval que unía los dos barrios de la ciudad. El Puente de Hierro (Pont de Ferro o Pont de les Peixateries Velles, o Pont de Eiffel en honor a Gustave Eiffel (cuya empresa construyó el puente), data de 1876, y significó un gran avance en cuanto a la unión y cohesión de la ciudad. El Puente de Gómez (que lleva el nombre de la persona a la que se le expropió la casa para construir el puente) data de 1916 y rompe el estilo ochocentista de los puentes anteriores, con una estructura de cemento moderna y austera. Por último, el cuarto puente es el Viaducto del Ferrocarril, construido en 1876 que representó la llegada de la modernidad y el progreso para una Gerona que permanecía amurallada.


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